Por Laia Cardona, publicado en 18 mayo 2020
En marketing digital tenemos una serie de métricas clave que funcionan como una especie de indicadores de la salud general de nuestra web. Podríamos decir que son algo así como la fiebre: cuando suben, es que algo no va del todo bien.
Una de las más importantes es sin duda el bounce rate o tasa de rebote, así que vamos a ver en qué consiste y cómo podemos mantenerla bajo control.
¿Qué es el bounce rate?
El bounce rate o tasa de rebote es el porcentaje de usuarios que abandonan una web habiendo visto solamente una página, esto es, sin haber navegado ni realizado otras acciones.
Una tasa de rebote elevada nos indica que hay algún problema con los contenidos o con la experiencia de navegación de nuestra web, así que lo deseable es que sea lo más baja posible.
Para hacer un diagnóstico adecuado de lo que está pasando, tenemos que ir más allá de la mera cifra de bounce rate y tener en cuenta factores como:
- ¿Qué páginas del sitio presentan un bounce más elevado? ¿Se te ocurre alguna razón para que esto sea así?
- ¿Cuál ha sido la evolución a lo largo del tiempo? ¿Puedes detectar algún evento que haya hecho subir o bajar la tasa de rebote?
- ¿Cuánto tiempo pasan los usuarios en la página antes de irse?
¿Cómo puedo reducir el bounce rate de mi web?
Asegúrate de que lo que los usuarios encuentran se corresponde con sus expectativas. Olvídate de los titulares tipo clickbait, ya que normalmente solo generan frustración y abandonos rápidos. También deberías controlar cómo aparecen las páginas de tu sitio web en los resultados de Google: la metadescripción y el título tendrían que reflejar claramente el contenido de la página. Por último, echa un vistazo a las palabras clave para las que aparece tu web para comprobar que sean relevantes.
Mejora la usabilidad de tu página. La idea es que el usuario pueda navegar fácilmente por el sitio y tenga una experiencia agradable en todo momento. Tu web debería tener secciones claramente diferenciadas y algún sistema sencillo para ir de un artículo a otros relacionados.
Cuida el diseño. La primera impresión es muy importante, y si no está a la altura, será muy fácil que los usuarios nos abandonen a la primera de cambio. Por eso, merece la pena dar un buen repaso al diseño de tu sitio web con la ayuda de un profesional. Y por supuesto, ya no hay excusa para que tu web no funcione a la perfección desde dispositivos móviles.
Reduce los tiempos de carga. Las webs que tardan en cargar exasperan a los usuarios y hacen que salgan corriendo antes de haber visto siquiera lo que teníamos que contarles, así que optimizar este aspecto es fundamental.
Limita los puntos de salida de tu web. Si tienes muchos banners u otros enlaces a páginas externas, será fácil que el usuario haga clic en alguno de ellos y te abandone. Para solucionarlo, limita este tipo de contenidos y haz que los enlaces se abran siempre en una página nueva.