El coste de producción en marketing digital es una métrica con la que es posible medir los recursos financieros que permiten crear, desarrollar y ejecutar campañas en entornos digitales. Dentro del coste de producción se incluyen desde los gastos de diseño y creación de contenido hasta las plataformas de gestión de campañas o los de optimización y análisis de resultados. De esta manera es posible medir la eficiencia de cualquier estrategia de marketing y conocer el margen de ganancia.
Existen diferentes tipos de costes de producción dentro de una campaña de marketing. Uno de ellos es el coste del personal o talento humano, que son los salarios o facturas de los especialistas que se encargarán de la creación, desarrollo, ejecución y valoración de la campaña. Dentro de este coste también se incluirían formaciones, viajes o cualquier otro gasto que tengan las personas implicadas en el proyecto y que corran a cargo de la empresa con el objetivo de mejorar los resultados, la motivación o desempeño.
Otro tipo de coste existente en una campaña de marketing digital es el de la publicidad, que incluye desde el Coste por Clic o CPC hasta el Coste por Impresión o CPM. Este tipo de coste puede variar en función de la plataforma utilizada y otros factores, por lo que puede ser muy variable de una campaña a otra. Las herramientas y el software de gestión también son un tipo de coste que debe valorarse en cualquier campaña de marketing digital, ya que implica el pago de unas licencias o suscripciones.
Además de los costes mencionados, hay otros también deben considerarse, como el coste de crear contenido, independientemente del formato que tenga; así como el tiempo que se invierte en analizar y monitorizar resultados y respuestas, que también tiene un precio. Incluso la investigación y análisis de competencia puede generar ciertos gastos, por el tiempo que se dedica, las herramientas que se utilizan o el personal implicado en esta parte.
Teniendo en cuenta los tipos de coste que puede generar una campaña de marketing digital, existen ciertos factores que pueden afectar. Uno de estos factores es el tipo de contenido, ya que no es lo mismo generar contenido escrito que contenido en formato vídeo o interactivo. También puede afectar el tipo de plataformas o herramientas que se utilizan para la gestión de campañas y el análisis o automatización de datos, ya que las hay de más o menos avanzadas o sofisticadas, así como con más o menos funcionalidades.
Otro factor que también puede afectar en el coste de una campaña de marketing digital es la competencia. Cuanto más competitivo sea el mercado en el que se está operando, mayor será el precio de la publicidad, el CPC o CPM, entre otras cosas. También debe valorarse si es necesario contratar o no a especialistas o contar con los servicios de terceros, ya que en este caso el coste será mayor a si todo se gestiona con personal interno y desde la misma empresa.
Y, además de todos los factores mencionados, también el tipo de audiencia objetivo puede influir en el coste de producción en marketing digital, ya que, a mayor segmentación, mayor será la inversión; así como también la duración y alcance de la campaña.
Para poder planificar y presupuestar de forma correcta el coste de una campaña de marketing digital es necesario tener definidos los objetivos. Para ello deben escogerse unas metas medibles, ya que a través de ellas es mucho más sencillo saber si se están alcanzando o no los objetivos y si es necesario o no realizar ajustes en la campaña.
También deberán escogerse los canales de comunicación adecuados o las plataformas que van a utilizarse, siempre teniendo en cuenta dónde está la audiencia. Esto implicará, entonces, definir muy bien el tipo de público al que va dirigida la campaña.
Una vez definidos los objetivos, el tipo de público objetivo y los medios de comunicación, el siguiente paso será asignar un presupuesto por canal teniendo en cuenta el potencial de cada uno de ellos. Dentro de este presupuesto deberán incluirse los costes de creación de contenido, de las herramientas que vayan a utilizarse, del personal implicado, etc.
Aunque se tengan muy claros los puntos mencionados, cualquier estrategia debe monitorizarse y ajustarse en caso de que sea necesario, siempre teniendo en cuenta los resultados y con el objetivo de mejorar el ROI o Retorno de Inversión.
Existen ciertas estrategias que podrían reducir el coste de producción sin que por ello se vea afectada la calidad. Uno de ellos, y también uno de los más básicos, es la automatización de procesos. Utilizar herramientas que puedan encargarse de la publicación de contenido un día determinado y a una hora concreta, analizar datos o segmentar audiencias, entre otras tareas, puede ser muy útil para optimizar tanto tiempo como recursos.
También puede crearse contenido reutilizable, que pueda adaptarse a diferentes medios de comunicación y evitar crear contenido de cero para cada plataforma. También pueden utilizarse plantillas prediseñadas para correos, anuncios, publicaciones, etc. Esto, además de crear una imagen de marca reconocible, también es una forma de reducir costes de producción, ya que, de nuevo, se optimizan tiempo y recursos.
Siempre que sea posible, además de los tips mencionados, se debe reducir la dependencia de terceros e intentar aprovechar al máximo el talento del equipo interno. Y cuando se haga uso de proveedores externos, buscar las alternativas más asequibles y con mejor relación calidad precio.
La automatización es un elemento fundamental para reducir los costes de producción sin que se vea afectada la calidad. Esto se debe principalmente a que permite optimizar el tiempo al máximo, principalmente en tareas repetitivas, como el envío de correos electrónicos; en tareas que pueden programarse, como la publicación de contenido en blogs, redes sociales u otras plataformas; o en tareas tediosas que implican el manejo de una gran cantidad de información, como el análisis de datos. Y, además, se reduce de forma considerable el número de errores, ya que desaparece el factor de error humano; y el tiempo que se reduce por un lado puede invertirse en mejorar la calidad de lo que se ofrece. Esto significa que, más allá de reducir costes, a través de la automatización se mejora la eficacia.
Controlar los costes de producción en marketing digital es muy importante para mejorar significativamente el Retorno de Inversión o ROI. O, dicho de otra forma, la relación entre ambos conceptos es clave para evaluar la rentabilidad de una campaña. Esto significa que es clave mantener los costes bajo control, siempre sin que la calidad de lo que se ofrece se vea afectada, y maximizar así el ROI.
Podemos concluir, entonces, que se deben analizar qué cantidades se están invirtiendo en crear, ejecutar y optimizar una campaña respecto a lo que se obtiene como beneficio para poder decidir si la estrategia es o no realmente efectiva.