Por David Tomas, publicado el 1 febrero 2018
¿Te has planteado alguna vez si trabajas en una empresa de marketing feliz?
Cuando hablamos de trabajo solemos pensar en términos de sueldos, ascensos, productividad, objetivos... y a menudo se nos pasa por alto el indicador más importante de la buena marcha de una empresa: la felicidad de las personas que forman parte de ella.
Por mucho que la gente se empeñe en lo contrario, las emociones son una parte esencial de la cultura de trabajo. Y lo que es más, las personas que están motivadas en su trabajo acaban rindiendo mejor: según un estudio del IOpener Institute de Oxford, los empleados felices permanecen el doble de tiempo en sus tareas, tienen un 65 % más de energía y su vinculación a la empresa es mayor. ¿Quieres saber cuáles son las claves para tener la empresa más feliz del mundo? ¡Sigue leyendo!
7 claves para una empresa de marketing feliz
- Definir metas claras. Los humanos buscamos sentido en todo lo que hacemos, por eso pocas cosas "queman" más rápido a un empleado que sentir que su trabajo y su esfuerzo no sirven para nada. En una empresa de marketing feliz, los objetivos son compartidos por todos y dan sentido a la labor del día a día. Es importante marcar tanto metas a gran escala como pequeños logros y pasos intermedios que vayan estructurando el trabajo.
- Dar importancia a las actitudes y los valores. En la empresa feliz, el proceso de selección tiene que ir más allá del currículum. Somos personas y trabajamos con personas, y para estar a gusto es imprescindible compartir unos valores y tener una actitud positiva. Por ejemplo, una empresa de marketing feliz puede centrarse en hacer una publicidad digital más ética y compartir este valor con sus empleados.
- Empoderar al equipo. Un problema muy habitual en las empresas de marketing es que los jefes realmente no confían en los empleados. Por eso, creen que les corresponde exclusivamente a ellos tomar las decisiones e imponerlas a base de autoridad. El resultado son unos trabajadores poco motivados y que además no han aprendido a confiar en ellos mismos. La alternativa: dar poder a los empleados para que se organicen de la manera en que prefieran para llegar a los objetivos y para que puedan tomar decisiones sobre su trabajo, ya sea teniendo voz y voto en los procesos de selección o decidiendo juntos la decoración de la oficina.
- Fomentar el team building. En una empresa de marketing feliz, los empleados reman juntos para llegar a buen puerto. Pero construir un equipo va mucho más allá de juntar a un grupo de personas en la misma oficina. Es necesario crear una cultura común y compartir experiencias, tanto en la oficina como fuera de ella. Si quieres trabajar en una empresa de marketing feliz, anima al equipo a celebrar sus logros juntos con un día en el parque de atracciones, organiza actividades como un hackaton o convócalos a un fin de semana en una casa rural para decidir los objetivos del año. El equipo que se divierte unido, permanece unido.
- Cuidar los detalles. Algo tan simple como que el jefe sonría y salude al entrar en la oficina puede hacer maravillas por el ánimo del equipo (sí, aunque parezca mentira, ¡hay muchos jefes que no lo hacen!). Pero ojo: no vale quedarse en la fachada. La preocupación del jefe por los empleados debe ser genuina y no solo una pose. Moraleja: si quieres que tus empleados confíen en ti, hazles preguntas y escúchales de verdad.
- Ser flexible. La flexibilidad en cuanto a horarios de trabajo y vacaciones es uno de los aspectos que más influye en la felicidad y el bienestar de los empleados. El efecto es doble: por un lado, como es lógico, tener horarios flexibles facilita la conciliación entre vida laboral y vida personal. Pero es que además, decidir su propio horario hace que los empleados se sientan empoderados y acaben rindiendo mejor. Y es que ellos saben mejor que nadie cómo hacer bien su trabajo.
- Crear una cultura de trabajo positiva. La imagen más común que tenemos del jefe de una empresa de marketing es la de echarle la bronca a los empleados. ¡Error! En la empresa feliz, los directivos se centran más en celebrar los logros y señalar los aspectos positivos que en criticar a los empleados. Si es necesario señalar un error, debe hacerse de manera constructiva (esto es, poniendo el enfoque en las posibles soluciones) y sin personalizar la culpa en un empleado en particular.