Después del premio Best Work Places Pymes 2014, muchos nos han preguntado acerca de los secretos de la felicidad en la empresa. En realidad, no es ningún secreto: todos tenemos una ligera idea acerca de qué cosas nos hacen más y menos felices, qué cosas podemos hacer para mejorar el ambiente de trabajo de los empleados.
En Cyberclick hacemos muchas cosas para tratar de mejorar la felicidad de todas y cada una de las personas que forman la empresa. Desde celebraciones en la nieve hasta formaciones internas, pasando también por cosas tan simples como dar autonomía a las personas y valorar sus logros.
La jamonada, una ya tradicional celebración en la oficina.
Sin embargo, hay una cosa básica sin la que nada de esto tendría sentido, y ésta es la medición de la felicidad. ¿De qué sirve realizar esfuerzos para crear felicidad si no preguntamos a las personas qué cosas les gustan más o menos? ¿Cómo eliminaremos el negativismo y malestar si no detectamos de forma rápida aquello que nos genera infelicidad y actuamos en consecuencia?
Por todo esto, tratamos de medir el nivel de felicidad de todos los empleados de forma continuada. Cada día, cuando ya se acerca el final de nuestra jornada, recibimos un e-mail titulado “Antes de irte…”, que contiene tres preguntas:
Son tres simples preguntas, que se responden en dos minutos, pero que nos aportan mucha información acerca de los aspectos a potenciar y mejorar de nuestro día a día. Además, al final del formulario tenemos un espacio abierto en el que podemos realizar cualquier aportación, explicación, idea, etc. El cuestionario, adaptado a cada temporada del año, viene siempre acompañado de alguna cita célebre o canción, ayudando a acabar la tarde de la mejor manera posible.
Cada lunes, antes de empezar a tratar las prioridades y objetivos en nuestra reunión semanal, dedicamos un tiempo a analizar los resultados de nuestro test diario de la felicidad. Coloquialmente, diríamos que analizamos “el semáforo”, puesto que vemos la cantidad de rojos, agridulces (ambars), verdes y super verdes registrados a lo largo de la semana anterior. Entre todos intentamos esclarecer los motivos que nos han llevado a estar más o menos contentos y siempre, vemos si se puede hacer alguna cosa para que la nueva semana que entra sea mucho más feliz que la anterior.
Además, una vez al mes respondemos al “Test de la felicidad mensual”, en el que tratamos cuestiones algo más profundas como la remuneración, la conciliación laboral o las relaciones con los compañeros.
Todo ello nos permite ser mucho más conscientes del estado de ánimo de nuestros compañeros (e incluso del nuestro, al que a veces no le prestamos toda la atención que merece) y reaccionar de forma rápida y contundente ante los problemas.
Esta es nuestra forma de medir la felicidad, aunque existen muchas otras. En el caso del campus Rocket Space ,en San Francisco, sólo hay que pulsar el botón que mejor expresa tu estado de ánimo antes de salir. Otra idea es utilizar el indicador Luxafor (invento de Draugiem Group), una pequeña luz LED que pones en tu pantalla del ordenador e indica a los compañeros cuándo pueden hablarte y cuándo no, según tu nivel de trabajo y concentración. De hecho, ya hay empresas que se dedican a crear, con éxito, aplicaciones y aparatos de medición de la felicidad, como es el caso de Celpax.
Como ves, son muchas las opciones para descubrir cómo se sienten los empleados y hacerles partícipes de las mejoras en la felicidad colectiva. ¿Te animas a ponerlo en práctica?
Cyberclick