Por Paula Mock, publicado el 14 julio 2017
La buena publicidad digital se reconoce a kilómetros de distancia. Debe ser sencilla, impactante, de valor para el consumidor y, sobretodo, debe poder coexistir con el usuario sin amargarle la vida. Este último aspecto parece ser especialmente difícil de comprender para algunas marcas y plataformas digitales.
Como amante incondicional de la publicidad, puedo afirmar que he tenido la suerte de encontrar una compañía que cree en lo mismo que yo: publicidad de calidad, que sea útil e incluso entretenida, que jamás suponga una molestia para el usuario. Empaparme de los valores de Cyberclick ha hecho que me vuelva aún más crítica con aquellos anunciantes que parecen pasar completamente del consumidor y le saturan hasta un punto inaceptable.
¡Esto debe terminar! Hay publicidad MUY buena, muy efectiva y que acompaña al usuario en su navegación, en vez de intentar ahogarlo con formatos intrusivos. Así que, en este artículo, vamos a hablar de la publicidad intrusiva y por qué debe evitarse.
Publicidad intrusiva en los medios online de España
He decidido hacer una prueba. Me he puesto a navegar por las webs de grandes publicaciones españolas, desde El Mundo, El País y la Muy Interesante, hasta la revista Lecturas, el diario deportivo Marca y la web de Telecinco. En todas ellas, me he encontrado con algún tipo de publicidad intrusiva, que consiste en intentar cazar al consumidor. Lo que se consigue, a menudo, es el efecto contrario al deseado: el usuario se cansa y se siente impactado por comunicaciones que no ha pedido. Motivo por el que acaba instalando un bloqueador de publicidad.
Publicidad en Marca y El Mundo
El diario Marca y El Mundo han sido los casos más light.
En el caso de la publicación deportiva, hay un interstitial (acompañado de banners laterales fijos) que aparece justo en el momento en el que accedes al artículo. Es cierto que tapa toda la visibilidad del contenido y eso lo convierte claramente en un ejemplo de práctica intrusiva, pero desaparece al cabo de muy pocos segundos (quizás dos o tres) y pasa a ser un formato fijo en el lateral.
Por lo que respecta a El Mundo, un spot corto de Amazon Prime aparece (de repente) en medio del texto del artículo y se reproduce de forma automática. Si pasas el cursor por encima, empezarás a escuchar el audio del vídeo y puede que te pegues un buen susto (tal y como me ha pasado a mí).
Publicidad en Muy Interesante
En la revista Muy Interesante hemos subido de nivel. Mientras lees un artículo sobre los depredadores más terroríficos de la prehistoria, empiezas a escuchar a Paula Echevarría y sus consejos para tener un “pelo Pantene”. Si miras hacia la esquina inferior derecha, la verás a ella y a su “pelazo” en miniatura, pues el spot se reproduce de manera automática. Difícil que te escapes de visualizar o escuchar el anuncio. ¡Pero esto sucede de forma habitual! Cada vez que entras en un nuevo artículo de la revista, vuelves a encontrarte con un spot en miniatura, ya sea sobre la melena de Echevarría o sobre la esperanza de vida de los perros pequeños.
Publicidad Telecinco
Alcanzamos un nivel mayor de publicidad intrusiva en la página de Telecinco y en el diario El Mundo. En la página del gigante de Mediaset saltan simultáneamente dos banners laterales, dos superiores y un spot en medio del texto, hecho que culmina con un un instertitial que termina de taparte el contenido y aparece repentinamente en el centro de la pantalla.
Publicidad en El País
Por último, en El País se inicia un spot a todo volumen de forma automática en el cabezal del artículo, antes incluso de que puedas leer el titular (y sin olvidarnos de la media pantalla que ocupa el banner vertical de Fnac).
Después de estos pocos ejemplos, podemos ver que, de manera más o menos sutil, la publicidad puede llegar a ser agobiante para los usuarios que intentan consumir contenido. Muchas veces ni siquiera es posible recordar el tema sobre el que querías informarte, pues tu navegación en la web se convierte en un juego de obstáculos que consiste en cerrar banners.
Publicidad intrusiva vs. Buena Publicidad
Hay algunos tipos de banners que debemos evitar a toda costa, ya que su simple aparición ya hace que el usuario se sienta perseguido y se irrite. Estos son:
- Floating Ads: anuncios que aparecen en medio de nuestra pantalla de forma repentina y se quedan flotando.
- Pop-Ups: se abren inesperadamente delante del contenido que el usuario está visualizando. Genera mucha frustración en el receptor, ya que en múltiples ocasiones ni siquiera ofrecen la opción de cerrarlos.
- Pop Unders: tienen las mismas características de la tipología anterior pero aparecen detrás del contenido, no delante de él.
- Intersticial: aparece mientras el contenido de la página se está cargando. Suele ser de tamaño grande y dura pocos segundos.
- Expanding Ad: cambian de forma y “naturaleza” cuando el usuario entra en contacto con él (por ejemplo, en caso de ser un vídeo empieza a reproducirse, activa el sonido o cambia de tamaño, o el anuncio aparece por encima del cursor, etc.).
- Layer: aparece en medio del contenido y posteriormente pasa a ser un banner integrado (queda fijo en la página, ya sea en medio del texto o al lado de él).
La buena publicidad existe. Se puede impactar al usuario sin asustarle con promociones absurdas o distraerle con banners de medida extra grande. Como dice Joaquín Reyes en uno de sus monólogos, “En esta vida se puede ser de todo menos pesado”. Y la pesadez y persecución del cliente es algo en el que los publicitarios no debemos caer, de ninguna de las maneras. Dicho esto, puede hacerse una reflexión muy clara: las marcas y plataformas que acribillan al internauta como hemos visto aquí, deberían dejar de impactar a los usuarios con publicidad intrusiva y buscar atraer a los consumidores con una comunicación de alto valor.