La velocidad de carga de las webs es un factor clave del SEO. Google sabe que los usuarios se impacientan rápidamente cuando una web no carga. Y, dado que la experiencia de usuario es una de sus principales prioridades, su algoritmo penaliza las webs que tardan demasiado tiempo en cargar. Para que eso no te pase, ¡apúntate estos consejos!
Una de las grandes verdades del marketing es que lo que no se mide no existe. Así que si quieres mejorar la velocidad de carga de tu sitio web, el primer paso es medirla. Así, podrás vigilar cómo evoluciona a lo largo del tiempo y ver si las medidas que has tomado están funcionando o no.
Existen muchas herramientas online para medir la velocidad de tu sitio, como:
Lighthouse. Una herramienta de código abierto de Google que se utiliza para auditar sitios web. Es muy sencilla de usar, ya que puedes añadirla como extensión a Google Chrome.
PageSpeed Insights. Otro recurso gratuito de Google, muy popular y fácil de usar. Solo tienes que escribir la URL que quieres analizar (ya sea tuya o de la competencia) y la herramienta te dará una puntuación de 0 a 100 que mide el rendimiento en ordenadores y dispositivos móviles.
El informe de experiencia de usuario de Chrome. Esta herramienta es un poco más especializada, ya que está pensada para desarrolladores. Sirve para evaluar la experiencia de los usuarios en tu sitio y recopila datos reales de usuarios de Chrome, incluyendo la velocidad del sitio.
Las imágenes influyen mucho en el tamaño y el peso de un sitio web, ya que pueden llegar a suponer hasta la mitad de los bytes.
Para reducir este peso, recuerda subir las imágenes a tu sitio en el tamaño en que las vas a utilizar. También puedes utilizar un plugin específico para optimizar tus imágenes.
Siguiendo con las imágenes, otro consejo importante es que utilices los nuevos formatos de imagen como WebP o JPEG 2000, ya que mantienen la misma calidad pero la compresión es mejor. Algunas aplicaciones, como Optimus o Imagify, te permiten hacer la conversión automáticamente.
La lógica es muy sencilla: cuanto más "pesen" los diferentes elementos de tu página web, más tiempo tardará en cargar. Una manera de solucionar este problema es escoger temas o plantillas que tengan las funcionalidades que necesitas pero que sean lo más simples posible.
Hoy en día existen plugins para todo tipo de funcionalidades. Dado que se trata de una solución fácil y rápida a muchos problemas, es fácil ir acumulando plugins y más plugins a lo largo del tiempo. Pero el problema es que algunos de ellos consumen una gran cantidad de recursos del servidor y pueden ralentizar mucho los tiempos de carga.
Paradójicamente, puedes solucionar este problema con otro plugin, llamado P3 Plugin Performance Profiler, que te dice qué plugins están afectando más al rendimiento de tu web. Así, podrás valorar si los necesitas realmente.
Y hablando de plugins, otra manera de asegurarnos de que no están consumiendo recursos innecesarios es actualizarlos frecuentemente. En general, hacer un mantenimiento de tu web a menudo te ahorrará muchos dolores de cabeza y tiempos de carga lentos.
La compresión GZIP reduce el tamaño de los contenidos de tu sitio web, de manera que se cargan con mayor rapidez. Si utilizas WordPress, puedes habilitar la compresión GZIP directamente en tu escritorio.
El diseño responsive resuelve dos problemas al mismo tiempo, ya que garantiza que tu web se ve bien en todo tipo de dispositivos y además mejora la velocidad de carga.
AMP ("accelerated mobile pages", o páginas móvil aceleradas) es un proyecto de código abierto creado por Google precisamente para mejorar los tiempos de carga de las webs. La gran ventaja de esta tecnología es que las páginas AMP cargan al instante en dispositivos móviles.
Un truco muy sencillo pero indudablemente eficaz: cada cierto tiempo, haz una revisión de los archivos de tu web y elimina todo lo que ya no estés utilizando, como imágenes, vídeos, plugins u otros recursos. ¿A que te has quitado un peso de encima?
El hosting es el servicio que almacena los contenidos de tu página web. Si optas por la solución más barata, es muy probable que acabes teniendo problemas de tiempo de carga de la web, así que merece la pena investigar cuáles son las mejores soluciones e invertir un poco más.
Los elementos que no aparecen en pantalla (particularmente las imágenes) afectan al tiempo de carga. Si la página tiene un scroll largo y contiene muchas imágenes, el tiempo de carga puede verse seriamente afectado. La solución es la carga diferida o "lazy loading", que hace que las imágenes se vayan cargando a medida que el visitante se desplaza por la página.
Las redirecciones son necesarias para evitar que el usuario caiga continuamente en errores 404. Pero si son excesivas, pueden afectar al servidor y ralentizar los tiempos de carga. Por tanto, intenta evitar siempre las redirecciones que no sean imprescindibles.
Los elementos como saltos de línea, espacios en blanco y comentarios en el código introducidos por los desarrolladores pueden ralentizar los tiempos de carga de un sitio web, pero no afectan al contenido que ve el usuario. Para optimizarlo, puedes usar una herramienta de minificación de código.
La memoria caché de los navegadores almacena el contenido de los sitios web directamente en los dispositivos de los usuarios. De este modo, contamos con una serie de elementos que ya están guardados y no tienen que cargarse en cada visita. Normalmente este proceso es automático, pero si no, puedes incluir un archivo en tu web para forzar el uso de la caché.