Nuestra sociedad está obsesionada con la productividad, tanto a nivel personal como profesional. Esta es importante, pero no debe primar por encima de todo.
Según los psicólogos, las mejores ideas suelen aparecer durante nuestro tiempo libre. Trabajar hasta cierto punto de horas es bueno, pero en exceso es perjudicial. Es importante dedicar tiempo al tiempo libre, ya que durante esos momentos es cuando se nos ocurren las ideas más creativas.
Así que el tiempo de ocio es muy importante en las empresas felices. La persona se siente realizada, puede dedicar momentos a la familia, amigos, a sus aficiones o simplemente a descansar y relajarse... y también a dar alas a la creatividad.
Eso de que las mejores ideas se nos ocurren en la ducha resulta que es verdad. ¡Demostrado científicamente!
Aunque creemos que el tiempo libre es "menos importante" que el dedicado a trabajar, lo cierto es que está compuesto por actividades que tienen un profundo significado para nosotros, como dedicarnos a aficiones que nos realizan, a relacionarnos con otras personas o a nuestra familia. Disfrutar del tiempo libre tiene múltiples beneficios, como reducir la ansiedad y el estrés o incluso disminuir el riesgo de demencia.
Existen diferentes maneras de pasar nuestro tiempo de ocio, pero los psicólogos distinguen tres que pueden ayudarnos a aprovechar mejor sus beneficios:
Sea cual sea la modalidad escogida, lo importante para tener mejores ideas es que se trate de una forma de ocio activa y no de simplemente sentarse a ver la televisión. También es necesario que sepamos disfrutar del ocio sin culpa.
Aunque parece que por definición el ocio sea lo opuesto al trabajo, existen muchas maneras de integrar el tiempo libre en la cultura de empresa.
Lo primero que tenemos que entender es que dedicar todo nuestro tiempo al trabajo y hacer un exceso de horas de manera ininterrumpida no incrementa la productividad, sino todo lo contrario. Una cultura basada en el presentismo acaba por mermar la creatividad de los empleados e incluso de la cúpula directiva.
Por ello, creo que las empresas deben apostar por horarios coherentes y flexibles, permitiendo en la medida de lo posible que los empleados se organicen a su manera para conciliar vida personal y laboral. Si el equipo puede disfrutar de tiempo libre en su vida privada, volverán a la oficina con mejores ideas y las pilas cargadas para rendir a tope.
Además de asegurar que los empleados no trabajen demasiadas horas y por ello dispongan de tiempo de ocio, también es posible incorporar actividades recreativas dentro de la propia empresa. Por ejemplo, salir a comer en grupo, irse de retreat de fin de semana o incluso, montar en globo o al parque de atracciones.
Disfrutar de tiempo libre tanto fuera de la empresa como con los compañeros de trabajo incrementa la sensación de pertenencia al grupo y permite que los empleados aporten sus mejores ideas. ¿El resultado? Una empresa más feliz para todos y, como efecto secundario paradójico, también más productiva. ¡Todo son ventajas!
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