El éxito de una campaña de publicidad depende totalmente de que el cliente y la agencia se compenetren... y el primer paso para entenderse es diseñar un presupuesto que deje satisfechas a ambas partes.
Los modelos de remuneración que utilizamos en publicidad no son estáticos, sino que van evolucionando junto a las prácticas del sector. En los últimos años vemos cómo se va pasando de un modelo basado en el Scope of Work (SOW) a uno basado en el Scope of Value (SOV). Pero ¿en qué consiste cada uno de ellos y qué ventajas ofrece este cambio?
En los años 70, las agencias de publicidad cobraban sus servicios en base a una comisión de agencia, esto es, un porcentaje sobre la inversión realizada en medios o en producción por parte del anunciante. En otras palabras, cuanto mayores eran las dimensiones y el alcance de la campaña, más cobraba la agencia.
En los 90, pasamos a un modelo de remuneración de honorarios (por proyecto, anuales, etc.) negociados en función del Scope of Work, esto es, en la cantidad de trabajo a realizar por parte de la agencia (en el siguiente apartado veremos en más profundidad en qué consiste). Este es el sistema que sigue vigente hoy en día.
Por último, en torno a 2015, empieza a introducirse el modelo de remuneración de honorarios más variable. Es la primera introducción del Scope of Value, esto es, a poner en consideración el valor del trabajo y el ROI. En la actualidad, vemos una tendencia a incorporar fórmulas de remuneración mixtas.
El Scope of Work es un documento que define exactamente qué espera el cliente de la agencia. Es un modelo que se basa en el trabajo realizado por la agencia y define la remuneración a partir de él.
El documento del Scope of Work incluye puntos como:
En cambio, el Scope of Value se centra en determinar qué es lo que aporta una campaña al cliente en términos de valor. Esto permite desvincular la remuneración de la cantidad de horas trabajadas y pasar a considerar el beneficio real de la publicidad.
Las agencias y clientes cada vez optan más por modelos de remuneración que incorporan el Scope of Value. Se trata de una evolución lógica, si tenemos en cuenta las múltiples ventajas que aporta a agencias y clientes:
Como inconveniente, podemos apuntar que a día de hoy sigue siendo difícil calcular el valor real de una campaña con precisión. Pero por suerte, cada vez disponemos de más datos y de más medios para analizarlos y extraer los insights que nos dejen ver lo que realmente aporta la publicidad.