"Sonríe y recibirás una sonrisa". ¿Te suena esta frase? Pues según la ciencia, es cierta.
Muchos expertos en felicidad afirman que nuestra actitud influye en nuestro entorno, así que tenemos más poder para dar y recibir felicidad del que pensamos. ¿Quieres saber cómo cambiar tu karma? Descubre las neuronas espejo.
A todos nos ha ocurrido alguna vez: estás en un grupo de personas, alguien bosteza, y de repente todo el mundo siente un impulso irresistible de hacer lo mismo. Los humanos somos animales sociales, y como tales, estamos hechos para adaptarnos al entorno.
Las neuronas espejo se descubrieron en 1996, cuando el equipo del científico Giacomo Rizzolatti estaba estudiando el cerebro de los monos. Lo que encontraron fue una serie de células cerebrales que no solo se activaban al ejecutar ciertos movimientos, sino también al ver a otros monos hacerlos.
Los seres humanos disponemos de un mecanismo similar, que nos ayuda a establecer vínculos sociales. Dicho de manera sencilla, las neuronas espejo nos llevan a imitar lo que vemos en nuestro entorno, y esto no solo se aplica a comportamientos, también a emociones y actitudes.
Recientemente, las implicaciones prácticas de estas neuronas han sido estudiadas en la Universidad de Tel Aviv (Israel). Lo que se consiguió demostrar en este estudio es que, en la unidad de cuidados intensivos de neonatos de un hospital de Israel, la actitud de los padres influía en los modos y la profesionalidad de los médicos. Al final, cuando los padres tenían una actitud grosera y maleducada, el tratamiento aplicado al niño empeoraba y, como es lógico, también lo hacía su recuperación.
Este descubrimiento nos da una pista más para crear una empresa feliz y un entorno de trabajo positivo. Y es que nuestra propia actitud puede cambiar la realidad de nuestro ambiente, así que siempre es un buen día para empezar a tomarse las cosas de otra manera.
Gracias a las neuronas espejo, podemos crear un “efecto bumerán” de empleados felices y motivados. Para dar los primeros pasos en la buena dirección, es importante que toda la empresa tenga conocimientos de inteligencia emocional, ya que nos ayudan a afrontar los inconvenientes del día a día sin perder la sonrisa.
Para dar y recibir felicidad en la empresa, puedes empezar por plantearte estos sencillos trucos:
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David Tomás