Por Laia Cardona, publicado en 18 mayo 2020
Una buena estrategia de marketing debe ir más allá del primer impacto. Para pasar de no conocer tu marca a convertirse en un cliente fiel, un usuario debe pasar por múltiples contactos a través de diferentes canales. A lo largo de este viaje, el email retargeting puede ser un aliado muy valioso a la hora de acercarle a la conversión.
¿Qué es el email retargeting?
¿Qué es el email retargeting? Estamos ante una herramienta basada en cookies que registran el comportamiento del usuario en un sitio. Así, cuando un usuario suscrito a nuestra lista de correo visita nuestra web, el sistema registra esta visita y le envía un email personalizado en función de las acciones realizadas (productos visitados, inicio de un proceso de compra, etc.). Este sistema permite aumentar enormemente la efectividad de las newsletters, que se convierten en mensajes totalmente adaptados a las necesidades y deseos del usuario.
Otra posible estrategia de email retargeting consiste en instalar la cookie en el propio email, de manera que cuando el usuario lo abre, la cookie registra esta acción y se pone en marcha un campaña de banners que solo verán los usuarios que hayan abierto el correo. El inconveniente de este enfoque es que es muy posible que no funcione en los usuarios que tengan instalado un adblock (bloqueador de publicidad).
A partir de aquí, las posibilidades para usar creativamente el email retargeting como punto de contacto con clientes potenciales son muy elevadas. Estas son solo algunas ideas para empezar:
- Recuperación de carritos de la compra abandonados. Muchos usuarios abandonan la web en algún punto intermedio del proceso de compra, después de haber facilitado su correo electrónico. En estos casos, puede ser una gran idea mandarles un email para recordarles que tienen una compra pendiente. Los mensajes tipo “¿Ha habido algún problema con tu pedido?” o “¿Podemos ayudarte en algo?” suelen ser muy bien recibidos en estos casos.
- Creación de newsletters personalizadas según el comportamiento del usuario en la web. Por ejemplo, si uno de los productos que ha visto ha bajado de precio, podemos mandar un email para recordárselo. También podemos ajustar la frecuencia de las comunicaciones en función de su nivel de actividad.
- Recomendaciones de productos. A lo largo de nuestra relación con el cliente, iremos obteniendo numerosos datos sobre el tipo de productos que más le interesan. Podemos aprovechar esta información para mandarle emails personalizados recomendándole productos similares o complementarios de los que ya ha comprado. Así, conseguir una conversión será mucho más fácil que a través de una newsletter genérica.