La información es poder y en el mundo del marketing digital los datos son el combustible que lo impulsa, y más aún si se obtienen a partir del data science. En este artículo, en concreto, vamos a hablarte de un dato que te ayudará a saber cuánto afectará a la demanda una variación en los precios de tus productos o servicios: la elasticidad precio de la demanda. Sabiendo cómo funciona este dato e interpretándolo correctamente serás consciente de cómo afecta el precio a tus resultados y cuándo es conveniente subirlo o bajarlo.
Es una fórmula que nos informa sobre cómo afecta a la oferta y a la demanda un cambio en el precio de un producto o servicio. Gracias a la elasticidad precio de la demanda podrás responder a preguntas como “¿la gente seguirá comprando en mi empresa si subo los precios o se irán a la competencia?”.
Conocer este dato también es crucial cuando quieres conseguir determinados objetivos de ingresos o ventas, pues también te ayuda a responder a cuestiones como “¿cuánto puedo ajustar los precios para duplicar mis ventas?”.
En resumen, la elasticidad precio de la demanda nos ayuda como empresa a estar mejor informados y a tomar mejores decisiones con respecto a las ventas.
Para obtener la elasticidad precio de la demanda simplemente hay que dividir el porcentaje de cambio en la cantidad entre el porcentaje de cambio en el precio.
Afortunadamente, gracias a la ciencia de los datos, no es necesario hacer estos cálculos a mano para saber cuál es la elasticidad precio de la demanda. Basta con tener una base de datos con el histórico de los precios de nuestros productos o servicios y de las ventas. Los algoritmos de data science nos ayudarán a predecir cómo va a cambiar la demanda de un producto si implementamos cualquier cambio (subida o bajada) en el precio.
En Cyberclick tenemos un equipo experto en data science que puede ayudarte a conseguir esta información. Puedes contactar con ellos y explicarles tus objetivos.
Antes de explicar los tipos de elasticidad, es importante entender que cualquier resultado inferior a 0 (es decir, negativo) obtenido con la fórmula anteriormente mencionada denota que la demanda es inelástica y que el consumidor no puede prescindir de esos bienes o servicios, por lo que no variará la demanda.
En cambio, cualquier valor superior o igual a 0 indica que la demanda es elástica y que si se varía el precio también va a variar la demanda.
En este caso, los cambios en el precio provocarán una modificación proporcional en la demanda. Por ejemplo, si aumentas un 10% el precio de tus productos, la demanda disminuirá un 10%, y viceversa.
Si al aplicar la fórmula, el resultado de la elasticidad precio de la demanda es 0, significa que hacer cambios en el precio no va a afectar a la demanda de tu producto o servicio.
Tener una demanda perfectamente inelástica no es muy común, pues solo los productos o servicios esenciales o de primera necesidad la tienen.
En este caso, habrá un cambio porcentual de la demanda, pero será menor que el cambio porcentual que se haya hecho al precio del producto. Esto quiere decir que, pese a los cambios en el precio, seguiría habiendo gente interesada en el bien o servicio y que la caída de las ventas no serían preocupantes. Se suele dar en servicios o bienes importantes, pero no esenciales como en el caso de la demanda perfectamente inelástica.
Indica que cualquier modificación en el precio, por pequeña que sea, provocará una gran variación en la demanda. Un claro ejemplo de ello son los precios de los hoteles o alojamientos turísticos. Una ligera variación del precio, por poca que sea, hará que muchos consumidores busquen alternativas más económicas o que enseguida una gran cantidad de ellos quieran reservar.
En este caso, ante cualquier pequeño aumento del precio, la demanda cae a 0. O al contrario, ante cualquier pequeña disminución del precio, la demanda se multiplica exponencialmente. Si tu demanda es perfectamente elástica, significa que la demanda de tu producto o servicio está muy ligada a su precio.
Cuanto más necesario sea el producto más inelástica será la demanda. Como hemos dicho antes, este es el caso de los productos de primera necesidad o básicos, los cuales suelen tener una demanda perfectamente inelástica o relativamente inelástica. En estos casos, por tanto, por mucho que suba un precio, la demanda se va a mantener prácticamente igual, ya que el público necesita ese producto.
Cuanto mayor sea el precio del bien, más elástica tenderá a ser demanda. En cambio, cuanto más bajo sea el precio, la demanda tenderá a ser más inelástica.
Sin embargo, esto hay que ponerlo en contexto con la renta de nuestros clientes, pues los clientes con mayor poder adquisitivo suelen ser menos sensibles a las variaciones de precio (siendo su demanda más inelástica o más invariable), al contrario que los que tienen una renta más baja.
Se denominan bienes sustitutos a aquellos que satisfacen las mismas necesidades que otros sin ser similares. Por ejemplo, un bien sustituto de la mantequilla podría ser la margarina. Si hay bienes sustitutos de tu producto o servicio, tu demanda tenderá a ser más elástica.
Normalmente, la demanda suele ser más elástica cuanto más tiempo pasa. Por lo que si tenemos en cuenta únicamente espacios cortos de tiempo, las demandas suelen verse como inelásticas. Esto se debe a que, si el precio de un producto sube, los consumidores tardan tiempo en reaccionar y la elasticidad se notará con el tiempo, cuando los clientes ya han encontrado alternativas.