Por Laia Cardona, publicado el 2 diciembre 2022
Internet no ha sido siempre tal y como lo conocemos. Poder escribir una pregunta en un foro, interactuar en redes sociales, compartir fotografías y vídeos o el surgimiento del metaverso es una auténtica novedad. En sus años y años de vida, la red ha pasado por varias etapas y ha ido evolucionando. En sus inicios, la conocida como web1 era solo de lectura, siendo las páginas web completamente estáticas. En la actualidad, trabajamos con la llamada web2, la cual además de ser de lectura, también permite la escritura y, por tanto, la interacción y la constante subida de información por parte de los usuarios. Pero internet sigue evolucionando y se está fraguando lo que se conoce como web3. En este artículo te contamos qué es y qué novedades va a traer a la red.
¿Qué es la Web3?
Si la web1 nos permitió leer información de cualquier parte del mundo y la web2 interactuar y compartir nuestras vidas y experiencias, la web3 está llegando poco a poco para darle más independencia al usuario con respecto a las grandes tecnológicas. Pero eso no es todo, esta nueva era de internet también pretende introducir nuevas dinámicas en los intercambios monetarios con la creación de activos o divisas digitales, como las famosas criptomonedas.
Esta dependencia que parece que irá llegando con la web3 permitirá que los usuarios tengan más control sobre su identidad digital y el contenido que comparten. De esta forma, podrán decidir a quién le ceden sus datos y hasta dónde quieren que llegue su privacidad.
Por último, la web3 será un gran aliado para las marcas. La nueva era de internet ha podido producirse por la evolución tecnológica, con técnicas como el machine learning, el big data o las IA. Estas son capaces de analizar y almacenar datos de manera prácticamente automática, haciendo posible que los usuarios reciban contenido e información mucho más personalizada y adaptada a sus gustos.
Además de todo lo anterior, esta nueva era también traerá consigo la posibilidad de que objetos cotidianos se conecten a internet, como por ejemplo las bombillas. Esto es lo que llamamos el Internet de las cosas o IoT.
Por último, la web3 también se le conoce por el nombre de web semántica debido a que comprenderá mejor las intenciones de búsqueda del ser humano, sus matices y complejidad, ofreciendo unos resultados que satisfagan mejor sus necesidades.
¿Cuál es su relación con el metaverso?
El metaverso, ese mundo digital que se va desarrollando y en el que podremos experimentar realidades alternativas y tremendamente inmersivas desde el mismo salón de nuestra casa únicamente con unas gafas de realidad virtual, va a ser parte de esta nueva web3, es decir, la nueva tecnología que hay detrás de esta nueva era de internet es la que le da vida al metaverso. Sin embargo, son cosas diferentes, pues ambas tienen objetivos distintos. Mientras que la web3 pretende cambiar el funcionamiento de internet para hacerlo más democrático, seguro y libre, el metaverso aspira a crear universos digitales en esta nueva era de internet. Pese a ello, tienen muchas cosas en común:
Aspiran a ofrecer a los usuarios una mayor privacidad y un mayor control de los datos.
Pretenden ofrecer una experiencia a los usuarios nunca antes vista.
Se basan en la tecnología blockchain para poder dar un servicio descentralizado.
Podríamos decir que el metaverso y la web3 se retroalimentan y complementan la una a la otra. Sin embargo, el metaverso no podría existir sin los avances tecnológicos que van a constituir y que ya están dando lugar a la web3.
Ejemplos de Web3
Redes sociales abiertas: gracias al uso de blockchain, en esta nueva época de internet las redes sociales no se podrán limitar y cualquiera podría tener una cuenta independientemente de dónde se encuentre. Además, también mejorarán sus algoritmos con IA para ofrecer contenido más personalizado a los usuarios y que vaya más en consonancia con sus preferencias. Con las redes sociales de la nueva era ninguna empresa podrá usar tus datos y capturarlos y será más habitual que los creadores de contenido reciban incentivos o recompensas para motivarlos.
Herramientas de mensajería más seguras: el blockchain también hará posible que aplicaciones como WhatsApp, Telegram o Email garanticen una mayor privacidad y seguridad a la hora de interactuar. Además, el envío de mensajes mejorará su velocidad para garantizar una comunicación más instantánea aún de la que ya existe.
Fin del monopolio de las plataformas de streaming: plataformas como YouTube, Spotify, Netflix o Twitch ofrecen un gran servicio, pero pueden mejorar en muchos puntos, y la web3 puede traer esa excelencia, haciendo que sus políticas sean más claras, que los datos de los usuarios no sean utilizados para fines publicitarios, que los pagos a sus creadores sean más elevados o que exista igualdad de oportunidades para que más creadores puedan crecer.
Web3: el internet descentralizado
Una de las características que más llama la atención de la nueva era que se avecina es que existirá un internet descentralizado. Pero, ¿qué significa esto? Básicamente que se va a conseguir acabar con la hegemonía y el poder que, de un tiempo a esta parte, han tenido las grandes tecnológicas como Amazon, Google o Facebook. Sin embargo, esto no es nada nuevo. Las aplicaciones descentralizadas existen desde hace un tiempo, pero todavía les queda un gran camino por recorrer para conseguir mejorar su experiencia de usuario y lograr una mayor escalabilidad, así como mejores ganancias.
Pero, ¿y qué ganamos con esta descentralización? Principalmente, que el usuario vuelva a tener más poder.
Todo ello va a ser posible gracias a la tecnología blockchain que tanto hemos nombrado ya en este artículo. Es la que hará posible que internet no dependa de servidores centralizados y consista en cadenas de bloques que hacen posible que la información y los datos se movilicen en equipos alrededor del mundo.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y la descentralización también tiene sus inconvenientes:
Será más difícil de manejar para aquellas personas que no sean expertas y el mundo de la tecnología les sea ajeno.
Se corre el riesgo de que los usuarios pasen cada vez más tiempo en internet.
Según algunos expertos, esta descentralización podría aumentar el número de los abusos en línea y los delitos cibernéticos.
