El storytelling es uno de los recursos más potentes que hay en el arsenal de los marketers. Desde que el mundo es mundo, a las personas nos encanta contar y escuchar historias, así que ¿por qué no aprovechar su poder para transmitir el mensaje de nuestra marca?
El storytelling, además, es una herramienta muy versátil que se adapta a todo tipo de situaciones y presupuestos. Ya seas una empresa pequeña, mediana o grande, contar historias tiene mucho que aportar a tu marca. ¡Vamos a ver cómo!
El storytelling es un tipo de marketing de contenidos que se basa en contar historias en torno a una marca, sus productos y sus servicios. Estas historias tienen algunas características fundamentales, como:
Reflejar los valores y la esencia de la marca. Las historias se utilizan para transmitir al público quiénes somos y qué hacemos, y lógicamente deben ser coherentes con el resto de la imagen de la marca.
No ser promocionales. Las historias no buscan hablar directamente de las ventajas de un producto ni apelar a la compra, sino que alimentan la relación con el público de la empresa a través de valores. Es un impacto más sutil y más a largo plazo.
Transmitir emociones. El poder de las historias reside en su capacidad para hacer que nos emocionemos al identificarnos con sus protagonistas. El storytelling usa esta característica para lograr crear un impacto y conectar realmente con los clientes potenciales de la marca.
Aunque normalmente no se trata de un modo de conseguir conversiones directas, utilizar el storytelling como parte de nuestra comunicación de marca puede ayudarnos a conseguir múltiples beneficios, como:
Generar confianza. Las historias nos ayudan a conectar a un nivel mucho más personal y hacen que los clientes potenciales sientan que pueden confiar en nosotros. En particular, contar las historias reales de las personas que trabajan para tu marca fomenta una percepción de honestidad y transparencia.
Explicar conceptos e ideas complejas. El storytelling puede ser una gran idea para transmitir los mensajes de la marca, ya que al representarlos con personajes y un hilo conductor, son mucho más fáciles de entender y de recordar.
Crear comunidad. Las historias se apoyan en personajes e ideas universales de nuestra cultura. Por eso, pueden conseguir que muchas personas diferentes sientan lo mismo al mismo tiempo y se unan en torno a la marca.
Llamar a la acción. Las historias nos inspiran y nos motivan, por lo que pueden ser un impulso muy poderoso para conseguir mover a nuestros clientes potenciales.
Fomentar la lealtad de marca. El storytelling se apoya en los valores y la identidad de marca, y a su vez, hace que los usuarios se identifiquen con ella. Esto genera un sentimiento de pertenencia que hace que los clientes se sientan parte de la empresa y permanezcan fieles a ella, ya que se ha convertido en una parte de lo que son.
Las pymes quizás no cuenten con los recursos de una gran empresa para crear contenidos, pero a cambio tienen una gran ventaja: su cercanía. Por tanto, su storytelling puede enfocarse en las personas que hay detrás de la marca, en su historia de superación para emprender y en las maneras en que aportan valor a su comunidad a pequeña escala.
Che Alfajor es la empresa de Natalia Olivera, una argentina residente en Ecuador. Su producto combina lo mejor de ambos mundos: alfajores preparados con la receta tradicional de su abuela, pero con cacao ecuatoriano. (Por si no lo sabías, un alfajor es un dulce típico argentino que consiste en dos galletas con un relleno en medio y recubiertas de chocolate).
La historia de Che Alfajor, contada por su protagonista, nos transmite esa cercanía, ya que la empresa comenzó en 2014 en la cocina de su propia casa. Desde ahí, Natalia ha ido superando los diferentes obstáculos y trabas que se le han ido presentando como emprendedora gracias a su determinación y a su confianza en el producto.
Las grandes empresas no transmiten la misma cercanía que las pymes de manera instantánea, pero tienen sus propias ventajas para contar historias: un buen presupuesto para invertir en recursos audiovisuales e interactivos, un legado que en ocasiones se remonta a varias generaciones y una personalidad de marca muy desarrollada y trabajada a lo largo del tiempo que las hace instantáneamente reconocibles.
Para entender las claves del storytelling de Coca-Cola, primero tenemos que entender un concepto que está detrás de muchas de las grandes historias: los arquetipos de Jung.
Los arquetipos de Jung son una serie de patrones emocionales y de conducta que viven en el subconsciente colectivo y que determinan cómo percibimos las sensaciones, las imágenes y el mundo en general, esto es, que nos ayudan a extraer sentido de la realidad que nos rodea.
Estos arquetipos pueden categorizarse en 12 personajes:
el Creador
el Héroe
el Forajido
el Amante
el Hombre Corriente
el Sabio
el Explorador
el Inocente
el Gobernante
el Bufón
el Cuidador
el Mago
Cada uno de ellos cuenta con unas características propias, y al ser tipos reconocibles por todo el mundo, nos ayudan a crear nuestras historias.
Dentro de estos arquetipos, Coca-Cola ha basado su storytelling en el Inocente. El Inocente es un personaje sencillo y optimista, que desea la felicidad por encima de todas las cosas y persigue sus sueños. Cree en la tradición y en hacer las cosas "como es debido".
El Inocente encaja muy bien en el tipo de historias que cuenta Coca-Cola, basadas sobre todo en la búsqueda de la felicidad. Al mismo tiempo, se trata de un personaje que no es disruptivo y no busca alterar el orden establecido, lo que también encaja muy bien con la personalidad de una marca "de toda la vida" como es Coca-Cola.