La tarjeta de fidelización es una herramienta física o virtual que utilizan muchas empresas para ofrecer una serie de beneficios a los clientes cuando adquieren uno de sus productos o servicios. El objetivo de esta tarjeta es la fidelización de clientes a través de descuentos, puntos, regalos y otros obsequios que se adquieren en cada compra realizada. Normalmente la tarjeta de fidelización es gratuita, ya que lo que pretende es volver más positiva la experiencia del cliente, incentivar las compras recurrentes y aumentar las ventas gracias a ese incentivo.
El funcionamiento de una tarjeta de fidelización o tarjeta de fidelidad es muy sencillo. El cliente debe registrarse y dar sus datos personales para que se le pueda asignar una tarjeta, que puede ser física o virtual, con un código identificativo personal y único. A partir de aquí, por cada compra o servicio contratado acumula puntos, descuentos u otros beneficios en su cuenta.
Si las marcas utilizan tanto este tipo de estrategia de ventas es porque tiene numerosos beneficios, entre ellos que aumenta la satisfacción del cliente, ya que se le da la posibilidad de pagar menos por un producto o servicio o de conseguir ciertos obsequios, lo que vuelve más atractiva y satisfactoria la acción de comprar. Esto, a su vez, lleva hacia un aumento de las ventas, ya que cuando los clientes tienen puntos acumulados se sienten más tentados a comprar.
También se ha podido comprobar que aquellas marcas que tienen una tarjeta de fidelidad son más recomendadas por los clientes que las que no la tienen. Esto está directamente relacionado con la satisfacción del consumidor, ya que cuanto más positiva es la experiencia, más probabilidades de que el cliente hable bien de la marca y la recomiende a familiares y amigos.
A todo esto hay que sumarle que a través de esta herramienta también se mejora la imagen corporativa y se obtiene información de valor sobre el comportamiento de compra, lo cual puede utilizarse para lanzar estrategias de marketing y ventas más efectivas.
Para crear una tarjeta de fidelización que sea efectiva hay que establecer un objetivo. Es decir, conocer o decidir qué se quiere lograr a través de ella. A partir de ahí se puede escoger el tipo de tarjeta más apropiada, que puede ser la tarjeta de descuento, útil para incentivar las compras recurrentes; la tarjeta de puntos, para aumentar las ventas en general; la tarjeta regalo, para establecer una buena relación inicial con el cliente; o la tarjeta premium, que sirve para fidelizar a clientes.
El siguiente paso será definir el plan de fidelización, lo que implica darle al cliente como obsequio o beneficio algo que sea rentable y sostenible a nivel económico para la empresa tanto a corto como largo plazo. Dentro de esta parte también se incluye la implementación de softwares o herramientas que permitan gestionar todo este tema de forma correcta.
La tarjeta de fidelización también necesitará un nombre con el que los clientes puedan relacionarla directamente con la marca y una imagen que esté en sintonía con ella.
Una vez creada el siguiente paso es darla a conocer, promocionarla y ofrecérsela a los clientes para que la estrategia de ventas siga su curso. Todo este proceso debe quedar correctamente registrado en los softwares que se hayan escogido para gestionar las tarjetas de fidelización para que no haya ningún tipo de problema.
Cada cierto tiempo es importante hacer un análisis de los resultados de la estrategia. Aquí se deberá valorar si se está logrando el objetivo establecido, si los clientes están satisfechos con su tarjeta de fidelización y si hay algo que debería mejorarse o cambiarse. En esta parte, además de valorar los números obtenidos, también es importante escuchar la opinión de los clientes.
Existen muchas empresas que tienen tarjetas de fidelización, estos son algunos ejemplos:
Podemos concluir, entonces, que la tarjeta de fidelización es una muy buena herramienta para aquellas empresas que quieran retener a sus clientes aumentando su satisfacción, mejorando su experiencia y haciendo más atractiva la marca. Solo hay que encontrar la estrategia que mejor se adapte a la empresa y a lo que busca y quiere su público objetivo, que puede ser desde descuentos, como ofrece Grupo Yelmo; hasta facilidades de pago, como ofrece Inditex o El Corte Inglés.