El costo de ventas es una métrica de marketing que nos permite saber cuánto nos ha costado poner a la venta un producto o un servicio determinados.
Saber calcular el costo de ventas es fundamental para deducir cuáles son los beneficios reales de la empresa y poder planificar adecuadamente el presupuesto. Vamos a ver cómo calcularlo y cómo influye en el precio.
Tenemos que distinguir entre dos posibles situaciones en cuanto al costo de ventas: las empresas que fabrican sus propios productos y servicios, y las que solo comercializan los productos y servicios de terceros.
En el primer caso (empresas fabricantes), el cálculo del costo de ventas se haría con la siguiente fórmula:
En el segundo caso (empresas que comercializan los productos fabricados por otras), el cálculo sería así:
La fórmula del costo de ventas es una simplificación de muchos elementos. Por eso, para poder hacer un cálculo real, tenemos que tener en cuenta todos los factores que influyen en el coste de un producto o un servicio.
En el caso de un producto, tenemos que tener en cuenta factores como:
El coste de las materias primas necesarias para producirlo.
El coste de la mano de obra.
El coste de almacenamiento de materias primas y productos.
El coste del transporte.
Los gastos de importación e impuestos.
En el caso de los servicios, hay principalmente tres factores que influyen en el coste:
Los materiales utilizados para prestar el servicio.
El coste de la mano de obra.
Los gastos fijos generales, por ejemplo, el alquiler de locales, material de oficina, facturas, etc.
Costo de ventas y precio están íntimamente relacionados, ya que el precio resulta de añadir un margen de beneficios al costo de ventas.
Hay que tener en cuenta que hay múltiples elementos que pueden influir en el precio de venta de un producto o servicio, por ejemplo, el posicionamiento que queramos transmitir, factores psicológicos o la competencia.
Tampoco debemos olvidarnos del valor, esto es, lo que el cliente cree que el producto o servicio vale para él. Como es lógico, el consumidor solo comprará el producto o servicio si cree que el valor es superior al precio.
La consecuencia lógica de todo esto es que no podemos fijar un precio inferior al costo de ventas, salvo en momentos muy puntuales, por ejemplo, si nos interesa lanzar una oferta temporal muy agresiva para captar más cuota de mercado.
Si el nivel de competencia hace que nuestros precios no sean competitivos a largo plazo, tendremos que buscar estrategias que reduzcan el costo de ventas para no comernos el margen y asegurar la supervivencia de la empresa.