Atraer tráfico a la web de la marca o de la empresa es una meta común para muchas estrategias de marketing digital. Pero no todo el tráfico es igual, ni tener visitas es suficiente para conseguir tus objetivos de marketing. Por eso, hoy vamos a dar un repaso a las diferencias entre tráfico de intención y tráfico casual y a cómo poner ese tráfico a funcionar para ti.
Como ya sabes, en marketing digital el término "tráfico" hace referencia a las personas que visitan un sitio web. Dentro de estas visitas, llamamos "tráfico de intención" a las que llegan a tu website con una intención o propósito específicos. Por ejemplo, estaban buscando información sobre un producto determinado y la web en cuestión apareció entre los primeros resultados de Google.
En realidad, el término "tráfico de intención" funciona como una especie de "paraguas" para agrupar a usuarios con objetivos muy dispares. No es lo mismo alguien que busca resolver una duda genérica que quien ya está dispuesto a comprar y busca directamente un ecommerce. Por eso, dentro del tráfico de intención, el marketer debe saber distinguir y afinar entre diferentes tipos de usuarios.
Por otro lado, el tráfico casual es aquel que ha aterrizado en tu web sin tener un objetivo concreto, por ejemplo, saltando de enlace a enlace o por la costumbre de leer un blog particular con frecuencia. Se trata de visitas menos dirigidas, pero que también podremos canalizar para que acaben redundando en nuestro beneficio.
Otro término que suele usarse en relación a los dos anteriores es el de tráfico de interrupción. En este tipo, la empresa o marca "interrumpen" al usuario para generarle una necesidad y hacerle visitar la web.
Y por último, otro concepto de conviene tener claro es el de "tráfico de calidad". Esta expresión se usa casi como una muletilla cuando hablamos de objetivos de marketing: "generar tráfico de calidad a la web de la empresa". Pero ¿qué significa "de calidad"? Según Roger Bretau, puede definirse como "todo aquel que aporta valor a nuestra empresa y a nuestros colaboradores o grupos de interés, sea cual sea". O dicho de otra manera, aquel que contribuye de manera más o menos directa a conseguir nuestros objetivos de negocio.
Aunque el tráfico casual también puede aportar beneficios a tu empresa o marca, está claro que los usuarios que llegan a tu web con una intención prefijada son más fáciles de encajar en el embudo de conversión y de acabar generando una venta. Así que vamos a ver algunos consejos básicos para atraer más tráfico de este tipo a tu web.
La primera regla de oro del marketing es tener claro a quién te diriges. Crear un buyer persona específico y detallado lleva cierto tiempo, pero es una inversión que vas a rentabilizar una y mil veces a lo largo del tiempo.
Llamamos "buyer persona" a una descripción de tu cliente ideal, tan detallada como sea necesario para orientar tus esfuerzos de marketing. En general, un buyer persona completo debería incluir al menos los siguientes puntos:
Una vez que tengas definido a tu cliente ideal, deberás usarlo para orientar los contenidos de tu web. De esta manera, amplías las posibilidades de que el consumidor “ideal”, según el perfil que has creado, aparezca como respuesta a sus búsquedas intencionales.
Quieres crear tráfico de intención, sí, pero... ¿con qué intención? Los consumidores pasan por diferentes etapas, desde la aparición de una necesidad hasta la conversión final en clientes. En relación a estas etapas, sus objetivos pueden ser muy diferentes en distintos momentos.
Tu reto aquí es identificar las diferentes fases por las que pasa el cliente tipo y ver cómo puedes dar respuesta a ellas a través de tu página web.
En la guerra y en el marketing digital, un buen estratega se distingue por saber ocupar las mejores posiciones. Si quieres aumentar el marketing de intención a tu web, tienes que estar ahí cuando los usuarios busquen respuestas a sus preguntas. Y para ello, necesitas contar con un buen plan de SEO y SEM.
Ambas estrategias son complementarias: mientras que el SEO supone una gran inversión a medio y largo plazo, el SEM es más inmediato. Para acertar con las claves del posicionamiento, tendrás que ponerte una vez más en la piel de tu buyer persona: ¿qué busca tu cliente ideal, cómo lo busca y cómo puedes encajarlo en tu web?
El tráfico en sí mismo no es una solución mágica a tus problemas; de hecho, en la mayoría de los casos, ni siquiera deberías considerarlo un KPI. Piensa qué es lo que quieres conseguir a la hora de atraer personas a tu web: ¿mejor reconocimiento de marca?, ¿más ventas?, ¿fidelización a largo plazo? Ahí es dónde están tus verdaderos KPI, y atraer visitas es solo un paso intermedio.
Cuando el usuario aterriza en tu web, ha llegado la hora de desplegar toda tu estrategia de inbound marketing para asegurar que se queda contigo. Estos consejos te ayudarán:
Espero que te hayan quedado claros los conceptos de “tráfico casual” y “tráfico de intención”. Los cuales debes tener claros y presentes a la hora de trabajar tu marketing digital y objetivos.