Tanto si tienes intención de empezar una empresa, como si ya llevas tiempo sacando una adelante, es importante que lleves a cabo un análisis PESTEL o un análisis externo de la misma para anticiparte a los posibles problemas, adaptarte a las nuevas circunstancias y, en definitiva, para definir tu estrategia. Esta vez en nuestro blog de marketing vamos a hablarte de una herramienta que se realiza antes de la famosa matriz DOFA, que nos ayuda a identificar puntos débiles y oportunidades en nuestra organización. Introducir ambas herramientas en tu estrategia te será útil para potenciar el crecimiento y productividad de tu empresa.
El análisis PESTEL es una herramienta que muchas empresas utilizan para tener una imagen a gran escala del sector al que pertenecen. Se ha convertido en un recurso fundamental para la supervivencia de las organizaciones, pues les permite adelantarse a posibles escenarios para adaptarse al mercado lo mejor posible.
En definitiva, el análisis PESTEL identifica las fuerzas externas a nivel macro que afectan a la evolución de un negocio.
A diferencia de la matriz DOFA, el análisis PESTEL es un recurso más completo y potente.
Para saber por qué es importante esta herramienta hay que entender que ninguna empresa está sola, pues todas se desarrollan dentro de una sociedad y un ecosistema que interactúa con ellas. En consecuencia, solo aquellas que mejor consigan adaptarse a lo que les rodea podrán seguir creciendo y alcanzar sus objetivos.
Los inicios de este término se remontan al año 1967, concretamente en el libro del profesor de Harvard Francis Aguilar “Scanning the Business Enviroment”. Pero su popularidad llegó en 1986 gracias a un ensayo sobre marketing de V.K. Narayanan y Liam Fahey llamado “Análisis macroambiental en gestión estratégica”.
El acrónimo PESTEL hace referencia a los seis elementos o factores externos más importantes que pueden marcar el futuro de una empresa:
El acrónimo PESTEL, sin embargo, también lo podemos encontrar escrito simplemente como PEST (en su forma reducida) y, en algunas ocasiones, también como PESTAL, donde la A significa ambientales.
Ahora que ya sabes qué significa cada letra de este acrónimo, es el momento de que te contemos cómo llevar a cabo un análisis PESTEL.
Primero de todo, deberás conseguir una plantilla para este tipo de análisis. Hay muchas en internet disponibles de forma gratuita, así que no te será difícil dar con una. No obstante, también puedes empezar la tuya propia desde cero.
Como verás, en esta plantilla se divide el espacio en seis partes, cada una de las cuales corresponde a un factor externo de los que hemos explicado antes.
Lo que tienes que hacer a continuación es realizar una búsqueda sobre las tendencias de cada tipo que pueden influir en tu empresa, debatirlas con el equipo correspondiente y seleccionar las conclusiones más relevantes, las cuales serán las que introduzcas en cada apartado.
Pero el análisis PESTEL no termina ahí, una vez terminado es el momento de pensar en las diferentes soluciones que puedes llevar a cabo para que ese elemento deje de ser problemático.
Favorece la toma de decisiones, pues analizar los riesgos de forma esquemática y exponerlos ordenadamente facilita la construcción de estrategias efectivas.
Ayuda a mejorar las capacidades de liderazgo debido a que se optimiza la labor directiva y se puede planificar todo mucho mejor.
Permite a las empresas analizar las tendencias y los posibles escenarios para anticiparse a los acontecimientos con el fin de evitar sorpresas indeseadas y de estar preparados ante cualquier contratiempo. En definitiva, permite que las empresas se adapten mucho mejor a los cambios.
Sin embargo, si no se lleva a cabo de manera exhaustiva, se corre el riesgo de no tener en cuenta información relevante. Por ello, te recomendamos que hagas tu análisis PESTEL con un enfoque profundo.
Aunque no es del todo negativo, esta herramienta requiere de actualización constante, ya que las tendencias sociales suelen cambiar, sobre todo en países que están en un proceso de rápido crecimiento.