Seguro que en los últimos meses o años has oído hablar de la cadena de bloques. O quizás te suene más una de sus aplicaciones más populares, bitcoin. Pero ¿sabías que el blockchain en publicidad digital podría ser el futuro de nuestro sector?
Existe aún mucha confusión sobre el uso de la cadena de bloques en publicidad digital y otras aplicaciones. Por eso, con este artículo quiero poner hilo a la aguja y aclarar qué es el blockchain, cuáles son sus posibles aplicaciones en publicidad online y qué nos deparará el futuro.
Para entender el papel de la cadena de bloques o blockchain en publicidad digital, vamos a empezar por explicar lo que es y lo que no es.
Blockchain es la tecnología que sustenta aplicaciones como la famosísima moneda virtual bitcoin. A grandes rasgos, podemos definirla como una base de datos descentralizada, esto es, una serie de bases de datos interconectadas y distribuidas en diferentes ubicaciones. Los usuarios pueden acceder a los datos desde cualquier ubicación, como si estuvieran en su propio ordenador.
En blockchain, los usuarios solo pueden añadir nueva información, pero no es posible borrar o modificar los datos que ya existen. Es como si fuera una hoja de Excel gigante que los usuarios pueden ver, compartir y actualizar, pero la información que ya está ahí no puede editarse. De esta manera, todos los usuarios comparten un registro de cada una de las transacciones o "bloques" (de ahí el nombre de "cadena de bloques"). Al no poder modificarse posteriormente, siempre queda un histórico de todo lo que ha pasado en la cadena.
Otra característica clave de blockchain es que es abierta por naturaleza. Debido a que la información está descentralizada, hackearla es prácticamente imposible, ya que sería necesario modificar los datos en todas y cada una de sus ubicaciones a la vez o los registros no coincidirían. Debido a ello, se le considera altamente segura y transparente.
La cadena de bloques se empezó a popularizar en 2009 gracias a la aparición de bitcoin, una criptomoneda que permite realizar intercambios en todo el mundo sin depender de ningún gobierno o emisor central. Tanta es su popularidad, que a nivel popular es habitual confundir blockchain y bitcoin. Pero lo cierto es que bitcoin es solo una de las posibles aplicaciones de la cadena de bloques. Además, mientras que bitcoin funciona de manera anónima, este no es un requisito imprescindible para otras aplicaciones de la cadena de bloques. De hecho, en muchas ocasiones conviene que los participantes en una transacción puedan ver de dónde vienen los datos para incrementar el nivel de confianza.
Ahora que ya tenemos claro lo que es el blockchain, llega la parte más interesante para los marketers: ¿cómo podemos aprovechar el poder de la cadena de bloques en nuestro marketing digital?
Como acabamos de ver, la cadena de bloques tiene la capacidad de cambiar por completo el panorama y las tendencias del marketing digital. Pero mi apuesta es que será un cambio progresivo y no repentino, ya que requiere la adopción de la tecnología por parte de una gran mayoría de usuarios y un cambio profundo en la mentalidad: tenemos que acostumbrarnos a movernos en un "internet encriptado". Y como el blockchain es una tecnología descentralizada, es necesario que los usuarios participen para que pueda funcionar.
Algunos expertos del sector también apuntan a que la mayoría de las iniciativas para usar blockchain en publicidad digital están todavía en las fases teóricas y que, por su propia naturaleza, esta tecnología funciona mejor a pequeña escala (para resolver problemas individuales) y no de manera masiva. Por ejemplo, una cadena de bloques basada en Ethereum es capaz de procesar 20 transacciones por segundo, una cifra muy modesta para las necesidades de las grandes marcas.
Por ahora, lo que sí podemos afirmar con seguridad es que la revolución del blockchain ya ha comenzado y que está aquí para quedarse.