Por Ester Solsona, publicado el 22 abril 2021
El análisis DAFO es uno de los grandes clásicos de la estrategia de marketing, y con mucha razón, ya que se trata de una herramienta muy valiosa para ayudarnos a entender la situación de nuestra empresa.
Pero por sí solo, el análisis DAFO no puede darnos una visión completa. Para que las conclusiones de este análisis sean realmente aplicables y podamos usarlas para definir nuestra estrategia de marketing, debemos apoyarnos en una herramienta complementaria: el análisis CAME. Te contamos en qué consisten ambos y cómo utilizarlos con tu marca.
¿Qué es el análisis DAFO?
El análisis DAFO (también llamado FODA) es una herramienta pensada para evaluar la situación de una empresa y orientar la toma de decisiones. Entre sus beneficios podemos destacar el identificar obstáculos que estén impidiendo alcanzar las metas de la empresa, entender mejor las posibilidades y limitaciones de diferentes problemas y buscar nuevas soluciones a los problemas.
El análisis DAFO se divide a la vez en dos subanálisis, el interno y el externo.
Análisis DAFO interno
El análisis DAFO interno evalúa los factores que son intrínsecos a la empresa, tanto positivos como negativos. Así, sus conclusiones se dividen en dos categorías:
Fortalezas: los factores positivos con los que cuenta una empresa para generar una ventaja con respecto a la competencia. Por ejemplo, un buen diseño de productos o unos costes de envío reducidos.
Debilidades: los factores negativos que suponen una barrera a la hora de destacar frente a la competencia. Por ejemplo, una atención al cliente poco eficiente o un producto que puede ser copiado fácilmente por otras marcas.
Análisis DAFO externo
El análisis DAFO externo evalúa los factores ambientales que afectan a la situación de una empresa, tanto positivos como negativos. Por tanto, tendríamos otras dos categorías a considerar:
Oportunidades: los factores positivos del entorno de la empresa. Por ejemplo, un cambio de hábitos de los consumidores que favorece al sector del ecommerce o la aparición de unas ayudas del Gobierno para emprendedoras digitales.
Amenazas: los factores negativos del entorno de la empresa. Por ejemplo, una posible fuga de talentos a empresas de la competencia que ofrecen condiciones muy atractivas o una nueva legislación que perjudica a nuestro sector.
¿Qué es el análisis CAME?
El análisis CAME es una herramienta complementaria al análisis DAFO, que nos sirve para poner en valor las conclusiones obtenidas y poder llevarlas a la práctica. Las categorías del análisis CAME están relacionadas con las del DAFO, como veremos a continuación.
Debilidades: corregir (C)
Uno de los apartados del análisis DAFO se encarga de definir las debilidades internas de la empresa. Una vez identificados estos puntos débiles, debemos definir una serie de medidas para corregirlos y hacer que dejen de afectar de manera negativa a la compañía.
Amenazas: afrontar (A)
En el análisis DAFO, las amenazas son todos aquellos factores externos que pueden perjudicar la posición competitiva de una empresa. Su complemento en el análisis CAME es una serie de medidas que tomaremos para responder (afrontar) a estas amenazas y evitar que acaben por convertirse en debilidades. Por ejemplo, podemos evitar que un riesgo suceda o tomar precauciones para reducir su impacto.
Fortalezas: mantener (M)
En el análisis DAFO hemos identificado una serie de fortalezas o puntos fuertes internos de la empresa. Lo que haremos a continuación es ir una por una y diseñar medidas para consolidarlas y evitar perderlas. Así, nos aseguramos de mantener nuestra ventaja competitiva en el futuro o incluso reforzarla.
Oportunidades: explorar (E)
Por último, tenemos el apartado de oportunidades o factores externos positivos que podrían reforzar el posicionamiento de nuestra empresa. En el análisis CAME, lo que haremos es definir una serie de acciones para aprovechar estas oportunidades y hacer que acaben convirtiéndose en fortalezas.
Estrategias de marketing derivadas del análisis CAME
Si hemos seguido todo el proceso anterior, tendremos una larga lista de posibles medidas que podríamos tomar para mejorar la situación de nuestra empresa. Pero lo más habitual, sobre todo en el caso de las pymes, es que no contemos con el tiempo, la fuerza de trabajo o los recursos para llevar a cabo todas ellas a la vez. Por tanto, tenemos que establecer prioridades en base a una estrategia de marketing. En función de la situación en la que se encuentre nuestra empresa, lo más aconsejable será optar por una estrategia ofensiva, defensiva, de supervivencia o de reorientación.
Estrategia ofensiva (mantener fortalezas y explorar oportunidades)
Esta estrategia de marketing es apropiada para empresas que se encuentren en una buena situación, ya que cuentan con grandes fortalezas respecto a la competencia y además el entorno presenta grandes oportunidades para hacer crecer tu negocio.
Si te encuentras en este caso, se recomienda optar por una estrategia agresiva, que potencie tus puntos fuertes y aproveche las oportunidades del mercado. Es el momento de realizar inversiones potentes, lanzar nuevos productos y servicios y expandir tu negocio.
Estrategia defensiva (mantener fortalezas y afrontar amenazas)
Aplicar una estrategia de marketing está indicado cuando una empresa tiene grandes fortalezas respecto a la competencia, pero se encuentra en una posición más delicada ya que hay amenazas en el mercado que pueden afectar a sus ventajas.
Por ello, es aconsejable ser más prudentes, no invertir de manera agresiva y centrarnos en reforzar los puntos fuertes de la empresa y detectar y combatir a tiempo las posibles amenazas.
Estrategia de reorientación (corregir las debilidades y explorar las oportunidades)
Este caso es el opuesto al anterior. Nos encontramos con un mercado favorable, donde vemos oportunidades para el crecimiento, pero la empresa tiene debilidades internas importantes que nos impiden desarrollarnos. Por tanto, apostaremos por corregir primero las debilidades para poder aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Estrategia de supervivencia (corregir las debilidades y afrontar las amenazas)
Esta última estrategia de marketing va dirigida a empresas en una situación precaria, ya que se dan factores negativos tanto a nivel interno como en el entorno. Para sobrevivir, debemos centrarnos en trabajar las debilidades y desarrollar medidas para protegernos de las amenazas. Si esto no es posible, lo mejor es dedicarnos a explorar nuevas oportunidades y mercados que nos permitan sortear la crisis.