El internet de las cosas es una de las tecnologías que están cambiando nuestra manera de entender el mundo online, y por supuesto, esto se aplica también al marketing digital.
Entender cómo funciona el internet of things, cuáles son los diferentes avances técnicos que lo hacen posible y cómo aplicarlo a nuestra empresa nos ayudará a ser mejores marketers, así que vamos a ver en detalle todos sus secretos.
El internet de las cosas (también llamado “internet of things” o “IoT”) es la interconexión digital de los objetos cotidianos con internet. El concepto se propuso por primera vez en 1999, pero es en la última década cuando realmente se ha popularizado a través de dispositivos como los wearables.
El internet de las cosas permite que diferentes dispositivos de computación se conecten a través de diferentes tipos de red y se comuniquen entre sí. Estos dispositivos se ajustan, monitorizan y registran las interacciones a través de sistemas digitales. Además, al añadir sensores a estos dispositivos, también son capaces de recopilar y distribuir datos en tiempo real. En definitiva, cuando hablamos de internet de las cosas, nos referimos a toda esta red de dispositivos conectados a internet que recopilan y comparten datos.
Cada dispositivo con internet of things recopila datos para un propósito específico, lo que puede ayudar a mejorar la experiencia de usuario. Las empresas pueden usar dispositivos con IoT para monitorizar y reestructurar la manera en que ofrecen sus productos y servicios a los usuarios. Los datos generados a través del internet de las cosas facilitan interacciones contextualizadas entre diferentes dispositivos y permite a las empresas mejorar su eficiencia operativa.
Gracias al internet de las cosas, podemos saber un sinfín de detalles de los hábitos de los consumidores: a qué hora se levantan, cómo toman el café, cuánto ejercicio hacen y dónde…
Todos estos datos ayudan a los marketers digitales a extraer información valiosa para crear experiencias de cliente enriquecidas, en las que ofrecemos mensajes contextuales en tiempo real que se adaptan como un guante a los hábitos y las preferencias de los usuarios.
El internet de las cosas nos permite combinar funcionalidades de asistentes de voz, redes sociales y datos de uso de los usuarios para ofrecer una experiencia verdaderamente interconectada. Por ejemplo, recientemente una empresa conectó su máquina expendedora de aperitivos a su cuenta de Twitter.
Además de hacer marketing, conectar las redes sociales y los dispositivos con IoT también puede servir para gestionar el acceso a instalaciones mediante la “huella social” o firma digital de los usuarios.
Los consumidores de hoy en día se han acostumbrado a obtener gratificación instantánea, ya que internet les permite acceder fácilmente a los productos, servicios o información que desean en cualquier momento. Por tanto, las marcas deben ser capaces de responder a estas expectativas, ya que de lo contrario se arriesgan a que el cliente les abandone.
El internet de las cosas permite llevar esta experiencia de servicio un paso más allá, adelantándonos a las necesidades del cliente. Por ejemplo, si una nevera inteligente detecta que un producto está acabándose, puede pedirla automáticamente al supermercado favorito del usuario y hacer que le llegue cuando esté en casa.
Los dispositivos con internet of things pueden sincronizarse con el CRM de la empresa para ofrecer una gestión de la relación con los clientes como nunca antes habíamos visto.
Los marketers ya no solo podrán recopilar y organizar la información sobre sus clientes, sino que también descubrirán datos nuevos sobre el viaje del cliente que les permitirán adaptar sus campañas y estrategias. Esto les ayudará a entender los diferentes puntos de contacto y dispositivos implicados en la experiencia de cliente y crear estrategias de conversión supereficaces.
Con el internet de las cosas, los propios productos pueden convertirse en un medio publicitario. Un objeto con IoT puede permitir a los usuarios publicar comentarios y opiniones en la red social de la marca directamente, sin necesidad de usar otros dispositivos como móviles u ordenadores.
Un caso de éxito muy conocido de esta funcionalidad son las pulseras de actividad física, como Fitbit o Garmin. Los clientes pueden publicar registros de su actividad en sus redes sociales, que se convierten en promoción para la marca.
Además, el internet de las cosas también ofrece oportunidades para que los productos hagan publicidad de otros productos. Por ejemplo, tu lavadora podría recomendarte un detergente concreto que se adapte a tus necesidades.
La famosa frase de Wanamaker “la mitad del dinero que gasto en publicidad es un desperdicio, pero el problema es que no sé qué mitad es” está a punto de quedarse anticuada definitivamente.
El internet de las cosas eliminará la necesidad de hacer publicidad genérica e intrusiva, ya que podremos conectar directamente con cada consumidor y sus hábitos de uso y olvidarnos de las ubicaciones publicitarias irrelevantes.
Las campañas publicitarias del futuro con IoT serán relevantes, tendrán llamadas a la acción inmediatas y su coste estará mucho mejor optimizado.
Los dispositivos con internet de las cosas producirán una cantidad astronómica de datos, pero solo podremos ser capaces de aprovechar todo su potencial si empleamos plataformas de marketing integradas con IoT.
Estas plataformas serán capaces de procesar, analizar y realizar acciones sobre una gran cantidad de datos a escala, así como interpretar y evaluar conjuntos de datos en tiempo real.
También veremos el desarrollo de aplicaciones de internet de las cosas que combinarán sensores, dispositivos conectados, redes sociales, computación en la nube y análisis, que formarán parte nativa de los teléfonos móviles y podrán utilizarse como plataforma de marketing y publicidad.
El big data generado por el internet de las cosas ayudará a alimentar los algoritmos de aprendizaje automático, que mejorarán las capacidades de análisis predictivo en marketing.
Al tener más puntos de contacto para adquirir datos, podremos generar una gran cantidad y variedad de información sobre los clientes, lo que nos permitirá identificar qué campañas tienen más probabilidades de éxito y cuáles son exactamente los factores que impulsan las decisiones de compra. Todo ello nos permitirá seguir el camino a la conversión de principio a fin y optimizar los análisis en tiempo real.
Esta multinacional de bebidas decidió posicionar su whisky Premium como bebida para celebrar el Día del Padre. Para ello, crearon una edición limitada de botellas conectadas a internet con las que los clientes podían crear su propio mensaje digital personalizado para celebrar esta ocasión.
Gracias a esta campaña, Diageo consiguió incrementar las ventas en un 72% y multiplicar el retorno de la inversión por 5, además de posicionarse como líder en su segmento.
Para posicionarse como marca líder en innovación, Netflix lanzó unos calcetines con IoT que utilizaban un acelerómetro para detectar si el usuario se había quedado dormido y pausar el contenido que estaba viendo para que no se perdiera nada.
La campaña fue todo un éxito, ya que consiguió generar más de 1000 millones de impresiones de earned media y ganó un premio Shorty Award al uso creativo de la tecnología.
Estas dos marcas se han aliado para permitir a los clientes de Uber conectar su cuenta de Spotify y poder reproducir su música favorita en los altavoces del coche durante su trayecto.
Una colaboración perfecta para mejorar la experiencia de usuario de ambas marcas gracias al internet de las cosas.