El neuromarketing es la disciplina que combina la neurociencia y el marketing para entender mejor la mente del consumidor y saber qué motiva sus decisiones de compra. Esto permite a las empresas ser más objetivos en sus acciones de marketing y poder desarrollar estrategias más efectivas, dejando de lado la subjetividad y la preconcepción individual.
En este artículo queremos que entiendas el neuromarketing de forma práctica mostrándote algunos ejemplos reales. Cada uno de ellos es una muestra de una estrategia de marketing basada en el neuromarketing y tiene su razón de ser y efectividad en cómo funciona la mente del público. Te animamos a que muchos de ellos los pongas en práctica en tu empresa y veas sus efectos sobre tus resultados. ¡Vamos allá!
Este campo de estudio dentro de la neurociencia se centra en analizar cómo los seres humanos perciben los colores, qué les hace sentir cada uno y cómo actúan según el que vean.
Aunque cómo percibimos los colores puede ser algo subjetivo y propio de cada persona, sí que se han detectado patrones comunes, sobre todo dentro de cada cultura. En occidente, por ejemplo, el color blanco representa algo puro e inocente y también evoca la paz y la pulcritud. Sin embargo, en las culturas africanas es el color de la muerte. Por eso, cuando nuestra empresa es internacional debemos adaptar la imagen de marca a cada contexto con el objetivo de atraer a esa cultura.
Por su parte, el color rosa lo relacionamos con la dulzura, la delicadeza y nuestra cultura lo asocia con lo femenino. Es posiblemente por eso por lo que encontramos muchas páginas de citas que usan este color como tono principal de su logo, pues uno de sus principales objetivos es atraer a mujeres.
El aprendizaje que nos deja la psicología del color en marketing es que utilices colores relacionados con lo que vendes o que evoquen aquello que quieres provocar en el usuario.
Este fenómeno indica la tendencia del ser humano a pensar de la manera en la que piensa el grupo antes que por sí mismo. Y es que, tendemos a ajustarnos a las creencias de los grupos a los que pertenecemos. Por esa misma razón, ver cómo otros prueba un producto y quedan satisfechos nos hace sentir más seguros a la hora de tomar la decisión de compra.
Esta es también la razón por la que muchas marcas recurren al contenido generado por el usuario y a compartir reseñas, testimonios y casos reales de éxito de su empresa en su página web y redes sociales.
Ejemplo de cómo Nica Café usa en su web las reseñas de los usuarios en Google
Al igual que ocurre con los colores, culturalmente también hay parámetros de lo que consideramos o no bello o estético y, según la ciencia, comprender qué es bello y usarlo en nuestra estrategia de marketing puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Según la neurociencia, las cosas que nos resultan estéticamente agradables funcionan mejor, pues el cerebro humano reacciona más positivamente a estos estímulos. Esto demuestra que cuidar la parte visual es clave en una estrategia de marketing.
En lo que sobre todo ayuda la parte estética de una marca es en captar la atención del público y a superar esa gran barrera de entrada, digamos que sirve para romper el hielo.
Además, la reacción humana ante las cosas estéticas se hace a nivel subconsciente, por lo que no tenemos un control racional y nos dejamos llevar por las emociones.
Esta es la razón de que muchas marcas no solo trabajen su diseño, sino también que recurran a modelos para presentar sus productos o servicios. A continuación puedes ver este descubrimiento del neuromarketing en algunos ejemplos reales.
Imágenes estéticamente atractivas que usa Nivea en su cuenta española de Instagram
Según un estudio realizado por la Universidad de Oxford, las fotografías de bebés aumentan la actividad de la parte frontal del cerebro, la cual se asocia con las emociones. Y ocurre tanto en personas que han sido padres como en las que no.
En definitiva, los seres humanos tenemos una atracción innata hacia las imágenes de bebés, despertando en nosotros sentimientos como la atención y la protección.
Aunque estos estudios no se conocieran en el pasado y el concepto de neuromarketing no se hubiera desarrollado, muchos publicistas ya se habían dado cuenta del poder que los bebés tienen en el público. Y, por eso, encontramos tantos bebés en antiguos carteles publicitarios.
Ahora también los encontramos, pero en sectores más de nicho como son todos los dedicados a la moda, cuidado y al ocio infantil. Sin embargo, hay otro descubrimiento curioso al respecto: aunque un bebé puede ser un gran recurso para llamar la atención del público, según revela la tecnología de seguimiento ocular, cuando el bebé mira a la cámara existen menos posibilidades de que el público lea el anuncio. Por eso, lo más recomendable es incluir bebés que miren hacia otro lado o, mejor, hacia el contenido que queremos que el usuario lea.
Imagen del estudio y de en qué se fija el ojo humano más veces (en rojo)
Seguimos con el neuromarketing y con otro de los ejemplos más interesantes, pues las marcas lo utilizan mucho para guiar al consumidor por el camino que desean.
Este efecto consiste en, ante una dicotomía de comprar la versión más cara o más barata de un mismo producto, añadir un tercer elemento que haga de “señuelo” y guíe al consumidor a elegir la opción más cara.
Imagina que hay dos gamas de batidoras, la gama más económica por 90€ y cinco accesorios y la gama más alta por 150€ y nueve accesorios. La diferencia entre una y otra es muy grande, por lo que muchos usuarios optaría por la opción barata que, además, es casi un 70% más económica y la diferencia en cantidad de accesorios no es tanta.
La empresa, obviamente, quiere que el usuario se decante por la más cara y, para ello, algo que suelen hacer es sacar una versión intermedia que sesgue la mente del consumidor. Por ejemplo, una batidora con siete accesorios por 135€. La cantidad de accesorios y el precio está muy cerca de la gama alta, por lo que ahora la más cara parece más rentable.
En neuromarketing este es uno de los ejemplos más utilizados. Este sesgo indica que las personas tendemos a valorar más un objeto o una oportunidad cuando la percibimos como limitada o difícil de alcanzar.
Ya te puedes imaginar cómo se aplica esto al marketing, ¿no? Las ofertas limitadas, las ediciones exclusivas por tiempo limitado, los descuentos temporales… Todas esas acciones de marketing funcionan debido a este sesgo.
De este sesgo se valen mucho las marcas relacionadas con la dermatología, los suplementos y la alimentación. Hace referencia a que las personas tendemos a sobreestimar las opiniones de determinadas personas por el mero hecho de ser quien son, sin hacer un juicio previo. Ocurre muy habitualmente con profesionales de cierta materia como pueden ser médicos o científicos.
Dicho en otras palabras: si lo dice una marca no va a generar el mismo impacto que si lo dice un profesional en la materia, pese a que lo que digan sea lo mismo. Este sesgo ha llevado a muchas empresas a contar con expertos en su sector en su estrategia de comunicación, incluso a que sean embajadores de su marca o su cara visible. De esta forma, las marcas consiguen más autoridad y generan más confianza.
La cuenta de Olistic usa para sus vídeos una persona de autoridad
No solo en neuromarketing podemos encontrar ejemplos de este sesgo, sino que también es un concepto muy trabajado por parte de la economía. Viene a decir que las personas tienden más a evitar la pérdida que a conseguir la ganancia. En otras palabras, la gente prefiere evitar pérdidas monetarias antes que conseguir ganancias monetarias, aunque estas sean equivalentes, pues las pérdidas pesan mucho más que las ganancias.
Aplicando este concepto al neuromarketing, podemos ver que hay más llamadas a la acción del tipo “no pierdas esta oportunidad” que del estilo “gana x”. En ese sentido, las empresas tienden más a diseñar estrategias de comunicación que animen a evitar una pérdida antes que a obtener una ganancia.
Ejemplo de artículo en Invespcro.com apelando a la pérdida
Esta frase entrecomillada significa “simplifiquemos” y es uno de los mejores consejos que te pueden dar en marketing.
Cuando el cerebro humano percibe una gran cantidad de información hay más posibilidades de que la rechace. Por eso, si quieres que te presten atención, la mejor forma de conseguirlo es transmitir algo de forma simple y sencilla. Acciones como usar poco texto y que este sea conciso o decantarse por una imagen minimalista hará que la percepción que tienen los usuarios hacia nuestra marca mejore y se sientan más atraídos a prestarle atención. A continuación puedes ver cómo este descubrimiento del neuromarketing se plasma en la realidad con algunos ejemplos. Uno de los más interesantes es la tendencia minimalista que las marcas están tomando con la adaptación de sus logos. Lo cual, entre otras cosas, se debe a lo bien que funcionan en marketing las cosas simples y sencillas.
Terminamos esta lista de neuromarketing y ejemplos con uno de los sesgos más conocidos en el mundo. El efecto halo hace referencia a la tendencia de los humanos de atribuir características buenas a una persona, objeto o circunstancia simplemente porque nos ha causado buena impresión.
Debido a esta forma en la que funciona la mente humana, es fundamental como marca cuidar la imagen y transmitir sensaciones positivas desde el minuto uno, así como cuidar la atención al cliente. En definitiva, es importante cuidar hasta el último detalle. Y es que, si un cliente tiene una mala experiencia con tu marca, va a generalizarla y a terminar pensando que tu marca no es buena, aunque realmente puedas tener productos de la mejor calidad.
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Hay muchas formas de beneficiarse como marca del efecto halo como asociar tu empresa con valores positivos o poner precios altos si quieres ser considerado como una marca de lujo y prestigio.