El green marketing es una de las grandes tendencias actuales. La ecología es una preocupación muy importante para un gran número de personas y está llevando a grandes cambios en los hábitos de consumo y en las estrategias de marketing. Si no quieren quedarse atrás, las marcas tienen que tomar buena nota.
El green marketing (también llamado marketing verde o marketing ecológico) consiste en el desarrollo, comercialización y distribución de productos pensados para minimizar los efectos negativos en el medio ambiente, en respuesta a las preocupaciones ecológicas del consumidor.
El green marketing entra dentro del ámbito de la responsabilidad social corporativa de las empresas y responde a un cambio social. Los consumidores actuales se preocupan por la protección del medio ambiente y demandan que la ecología sea parte de los valores de las marcas con las que se relacionan.
En el mundo del marketing ya se maneja un nuevo acrónimo para la categoría de consumidor interesado en el green marketing: LOHAS (Lifestyle of Health And Sustainability o "estilo de vida saludable y sostenible").
Es un mercado de rápido crecimiento, formado por personas cuyo sentido de la responsabilidad ambiental y social influye en sus decisiones de compra. Esta audiencia no solo demanda que las marcas hagan un marketing ecológico, sino que además tiene capacidad de influir sobre otros usuarios con sus valores.
La preocupación por el medio ambiente lleva con nosotros desde los 90. En esa época, la capa de ozono y la lluvia ácida eran los temas de tendencia, mientras que ahora nos preocupa el cambio climático. En cualquier caso, los consumidores se han hecho conscientes de que la salud del planeta debe ser una prioridad y se ha producido un cambio a largo plazo.
Los consumidores han empezado a preguntarse por el origen de los productos que consumen y a rechazar los productos o ingredientes asociados con catástrofes ecológicas, como el aceite de palma. Como consecuencia, se ha dado un auge de las iniciativas de comercio justo. También les interesa apostar por productos reciclados o reutilizados, ya que se perciben como más sostenibles.
El uso excesivo de los plásticos es un tema con gran presencia en la mente de los consumidores, como demuestran iniciativas como la Semana Sin Plásticos.
Durante años, el packaging de las marcas ha favorecido la comodidad y las presentaciones individuales, pero ahora este tipo de envases se perciben como un desperdicio excesivo. La tendencia es a utilizar la mínima cantidad de embalaje, usar materiales reciclables o reutilizables o incluso vender los productos a granel.
Como veníamos diciendo, el green marketing no es una moda sino un cambio profundo. Los consumidores están más informados que nunca y rechazan a las marcas que se apuntan a iniciativas superficiales para dar una imagen ecológica, pero siguen teniendo prácticas nocivas para el medio ambiente.
En definitiva, el green marketing es una tendencia que está aquí para quedarse y que nos obliga a replantearnos nuestro negocio en términos de responsabilidad ecológica y social.