Por Helena Alcoverro, publicado en 30 marzo 2020
Los expertos en SEO saben que pueden hacer uso de muchas técnicas diferentes para conseguir un mismo objetivo: posicionar más alto en Google y otros buscadores. Pero no todas las técnicas son igual de válidas: algunas de ellas están expresamente prohibidas por los motores de búsqueda y pueden meterte en un buen lío si las usas. Se trata del black hat SEO.
¿En qué consiste el black hat SEO?
Llamamos "black hat SEO" a las técnicas de posicionamiento web que buscan conseguir resultados rápidos incumpliendo las normas de Google. Generalmente se basan en engañar a los motores de búsqueda de alguna forma para subir puestos de manera fácil.
Aunque a veces el black hat SEO puede conseguir algunos resultados inmediatos, a la larga nunca merece la pena, ya que si el buscador detecta algún intento de hacer trampas las penalizaciones son muy severas. Por ello, solemos acabar generando el efecto contrario al deseado.
Además, el black hat SEO presenta otro problema, y es que no aporta ningún valor a los usuarios finales. Por ello, aunque pueda ser efectivo a corto plazo, acaba siendo perjudicial para los objetivos de marketing de una empresa. Siempre es mejor ir paso a paso y construir unos cimientos sólidos sobre los que ir basando tus campañas.
Las técnicas más populares de black hat SEO
- Keyword stuffing. Consiste en introducir una palabra clave una y otra vez en nuestra web para que el buscador nos posicione por ella. Según las normas de Google, la palabra clave siempre debe responder a las necesidades de los usuarios y aportar un valor. Repetirla una y otra vez sin ton ni son afecta a la calidad del contenido y a la experiencia de usuario.
- Cloaking. Una de las normas más importantes del SEO ético es que los sitios web deben ser iguales para usuarios y rastreadores. En el caso del cloaking, la trampa consiste en generar una web superoptimizada para los buscadores, pero que resultaría ilegible para un ser humano, y "taparla" con otra web dirigida a los usuarios pero que no es rastreable en buscadores.
- Spinning. El spinning se basa en "hackear" la creación de contenidos mediante programas que modifican un solo artículo para generar varios textos diferentes, por ejemplo, mediante el uso de sinónimos. Lógicamente, esta práctica no aporta ningún valor al lector, y además los algoritmos de Google cada vez la detectan de manera más rápida y con más frecuencia.
- Texto oculto. Esta práctica de black hat SEO es muy antigua e incumple la normativa de mostrar el mismo contenido a usuarios y rastreadores. Se trata de ocultar textos que repiten una y otra vez la palabra clave, por ejemplo, poniendo el texto en el mismo color que el fondo o reduciendo el tamaño.
- Compraventa de enlaces. Uno de los factores más importantes del posicionamiento de una web son los enlaces entrantes, pero estos deben obtenerse de manera orgánica. Por tanto, la compra y venta de enlaces entrantes se considera una técnica de black hat SEO y está sujeta a penalización.
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