El bootstrapping es un término que se utiliza para hacer referencia a la creación de una empresa con pocos recursos o poco capital. Estos recursos o capital, además, no vienen de una financiación externa, sino que son propios, por lo que no ha habido ningún tipo de acción de marketing previa para poder conseguir recursos económicos.
Dentro del bootstrapping se incluyen los microemprendedores, que son aquellos profesionales que trabajan solos y crean una marca para ofrecer un producto o servicio; y los bootstrappers, que crean un equipo o startup para poder desarrollar su idea de negocio.
Tanto en un caso como en otro, se emprende sin recursos o se parte de muy poco capital, sin ningún tipo de ayuda o financiación externa. Es decir, se basa en la autofinanciación. Esto significa que se necesita mucha implicación y mucho ingenio para exprimir al máximo cada céntimo y cada recurso del que se dispone, ya que los primeros ingresos pueden tardar en llegar. También se habla de que la creatividad y el marketing son claves para poder crecer como empresa, ya que pueden ayudar a que haya un flujo constante de dinero para poder avanzar.
El boostrapping tiene tanto sus ventajas como desventajas. Estas son sus principales ventajas:
Y estas son las principales desventajas del boostrapping:
Es importante sospesar tanto los pros y los contras para valorar si realmente merece o no la pena emprender con pocos recursos, especialmente por el esfuerzo que implica.
Para poder hacer bootstrapping es importante hacer un estudio inicial para saber si hay o no nicho de mercado, si es viable con los recursos de los que se dispone y si es un sector muy competido. Si es factible, el siguiente paso será hacer un plan de negocios con unos objetivos claros y con unas estrategias y acciones definidas. Todo este plan de negocios debe hacerse teniendo en cuenta los recursos de los que se dispone.
Una vez hecho esto, se debe construir el MVP o Producto Mínimo Viable, siempre controlando los costes y exprimiendo al máximo cada uno de los recursos. Para darlo a conocer se puede llevar a cabo una estrategia de marketing de bajo coste, como la creación de un perfil en redes sociales con contenido de valor.
A partir de ahí ya es dedicar horas, invertir de forma coherente e inteligente, adaptarse de forma coherente e inteligente a los cambios e ir sorteando las dificultades que surjan.