Por David Tomas, publicado en 8 abril 2024
El crowdfunding es una estrategia que consiste en conseguir financiación para un proyecto a través de la aportación de un gran número de pequeños inversores. El crowdfunding puede utilizarse para financiar proyectos sociales o culturales y también para hacer posible el emprendimiento o la puesta en marcha de una startup.
Cómo funciona y diferentes tipos
Para poder llevar a cabo una campaña de crowdfunding debe existir un proyecto muy bien definido, lo que implica poder describirlo en su totalidad, incluido de qué trata, qué objetivos tiene y qué cantidad necesita para poder llevarse a cabo. Teniendo esto claro ya se puede publicar en una plataforma especializada en campañas de crowdfunding para que los pequeños inversores puedan hacer sus aportaciones. Cuanta más difusión se haga, mejor; por lo que sería interesante llevar a cabo una buena estrategia de marketing digital con vídeos explicativos, publicaciones en redes sociales, etc.
Es importante que se especifique el tiempo que va a estar activa la campaña de crowdfunding, que es el tiempo durante el cual van a aceptarse esas aportaciones. Una vez finalizado el plazo deberá indicarse si se logró o no. En caso de que no se haya llegado a la cantidad necesaria y que no se pueda llevar a cabo el proyecto, las aportaciones recibidas deberán devolverse a su inversor.
Existen diferentes tipos de crowdfunding más comunes:
Crowdfunding de donación: en este caso no se buscan inversores, sino donantes. Se trata de un proyecto en el que se buscan personas que quieran colaborar de forma desinteresada, sin obtener nada a cambio, en una causa solidaria.
Crowdfunding de recompensa: todos los inversores que aportan fondos para que un proyecto se lleve a cabo reciben después algún tipo de recompensa, la cual varía en función de la cantidad aportada.
Crowdfunding de inversión: es un tipo de campaña con la que se busca financiación para poder poner en marcha un proyecto empresarial, por lo que los inversores obtienen una participación en el capital social y reciben después la parte equivalente en rentabilidad.
Crowdfunding de préstamo: en este caso se trata de un préstamo, por lo que los inversores acaban recuperando el dinero aportado más los intereses.
Pros y contras del crowdfunding
Como cualquier otra estrategia, el crowdfunding tiene tanto ventajas como desventajas. Uno de sus principales pros es que puede ser una muy buena opción para aquellas personas que quieran llevar a cabo su idea y no dispongan de medios económicos suficientes. Además, normalmente los inversores, conocidos también como mecenas, suelen convertirse en clientes.
También cabe destacar que existen muchas plataformas pensadas y diseñadas para llevar a cabo campañas de crowdfunding, las cuales automatizan la mayoría de procesos y cuentan con un público al que le interesa este tipo de acciones, lo que facilita mucho este tipo de campañas.
Pero también hay que tener en cuenta los contras, ya que para poder conseguir el 100% de la financiación se debe convencer a los inversores. Además, hay que escoger muy bien la plataforma en la que se va a llevar a cabo este tipo de acción, ya que algunas se quedan una comisión bastante elevada. Incluso hay países donde no existe una regulación legal y financiera sobre este tipo de plataformas, por lo que se podría llegar a perder el dinero.
Pese a estas desventajas, hay que pensar que más de un 20% de los proyectos financiados mediante crowdfunding alcanzan el éxito. Aunque pueda parecer una cifra baja, si la idea es buena puede estar perfectamente dentro de ese grupo.
Principales plataformas para crear tu campaña
Actualmente existen muchas plataformas donde puede crearse una campaña de crowdfunding. Una de las más populares es Kikstarter, que es ideal para conseguir financiación para proyectos, pero no para empresas. Pero también está Indiegogo, que sirve para todo tipo de proyectos; Gofundme, muy conocida por las campañas relacionadas con la salud y el medioambiente; y Ulule, que también sirve para todo tipo de proyectos, desde ecommerce y empresas hasta proyectos sociales o culturales (a excepción de proyectos políticos, religiosos o ideológicos).