El hype es una estrategia de marketing que consiste en generar expectación en el público por el lanzamiento de un nuevo producto o servicio o la celebración de un evento o proyecto.
La palabra hype proviene del inglés hyperbole, que podría traducirse como excitación, nerviosismo o emoción, que son las emociones que se intentan despertar en el público cuando se presenta el contenido de una forma que genera un gran interés entre los usuarios. De esta manera se pretende que sean ellos mismos los que estén pendientes del lanzamiento y que hablen de ello, logrando así un mayor alcance.
Aunque este tipo de estrategia funciona muy bien ante el lanzamiento de un nuevo producto o servicio, realmente puede aplicarse en cualquier situación, así como también puede llevarse a cabo en cualquier canal de comunicación.
Aunque no existe una forma específica con la que generar hype, algunas prácticas sí pueden ayudar a lograrlo. Lo más básico es crear un nuevo producto o servicio y generar unas expectativas en torno a él a través de anuncios, sorteos, descuentos u otras acciones de este tipo, que suelen ser llamativas y atractivas. Incluso se puede generar misterio e intriga en torno a esa novedad antes de su lanzamiento, que es algo que suele generar bastante interés entre el público, especialmente cuando se lanzan pistas o acciones que, más allá de incrementar la emoción y curiosidad, aumenta la participación.
También se puede generar hype trabajando con influencers o personajes públicos, siendo además una forma de llegar a una gran cantidad de personas. Otra táctica muy eficaz es la de ofrecer la sensación de exclusividad a clientes o suscriptores mediante el acceso a información en primicia sobre ese producto o servicio o, incluso, dándoles la opción de conseguir una versión limitada o adquirirlo antes que nadie.
En cualquier caso, e independientemente de la práctica que vaya a aplicarse para generar ese hype, las redes sociales pueden ser un gran aliado, ya que es uno de los mejores canales de comunicación que existen actualmente. De hecho, es el medio perfecto para hacer colaboraciones con influencers y famosos y fomentar la participación de los usuarios.
Las redes sociales se han convertido en uno de los canales más efectivos para generar hype, ya que a través del contenido es muy sencillo crear unas expectativas en torno a un producto, especialmente cuando se utilizan todos los recursos que ofrece este tipo de medio.
Es muy frecuente lanzar publicaciones enigmáticas o hacer colaboraciones con influencers, aunque según sea el producto o servicio, así como la red social que se utilice, el abanico puede ser muy amplio. Eso sí, el objetivo principal debe ser generar engagement para que el algoritmo muestre ese contenido a más personas, haciendo incluso que se vuelva viral. Además, hay situaciones en las que ese contenido incita a los usuarios a crear memes, vídeos o publicaciones, algo que puede aumentar aún más ese hype. También cabe destacar que en las redes sociales se crea una dinámica de retroalimentación muy interesante, ya que cuanto más se habla de un tema, más curiosidad, atención y participación genera.
Es importante, sin embargo, no dejar todo en manos del algoritmo y de los usuarios, ya que para mantener ese hype es importante que haya actualizaciones constantes que mantengan el interés.
Todo esto significa que las redes sociales pueden actuar como catalizadores del hype, ya que a través de su contenido se pueden crear, distribuir y sostener esas expectativas y curiosidad entre el público objetivo.
Generar hype tiene una serie de beneficios, siendo uno de ellos que mejora el posicionamiento de marca. Es decir, además de hacerla mucho más llamativa, interesante y atractiva para el público, cuando el hype se aplica de forma correcta, tiene un impacto positivo en la imagen que la audiencia tiene de la marca. También se ha podido comprobar que a través de esta estrategia de marketing se consigue un mayor alcance entre el público objetivo.
Otras ventajas de generar hype es que es mucho más sencillo persuadir y atraer al cliente objetivo, especialmente cuando en el anuncio hay algún tipo de exclusividad. También cabe mencionar que es más fácil aumentar la participación del público, lo que da una mayor visibilidad y alcance en redes sociales y, por consiguiente, un mayor tráfico web y más ventas.
Lo que sí debe tenerse en cuenta es que, como cualquier otra estrategia, el hype también tiene sus riesgos. Uno de ellos es generar unas expectativas demasiado altas, irreales o exageradas en torno a un producto, servicio o evento y decepcionar al público. Esto, más allá de generar decepción entre los consumidores, puede ser negativo para la imagen y posicionamiento de marca.
Otro riesgo es que haya un boom and bust, que sería cuando se genera un pico de interés y, después, una rápida pérdida de atención porque no se ha sabido mantener el hype o no se ha sabido llevar la estrategia correctamente. También es importante tener en cuenta que cuando una marca abusa del hype, el público puede aburrirse y perder interés en ella. Este sentimiento también puede darse cuando un mismo tema se prolonga demasiado en el tiempo.
Con todo esto es importante remarcar que, aunque el hype es una herramienta poderosa, debe aplicarse con cuidado para no provocar en el público el efecto contrario.
Es también muy frecuente utilizar a influencers para generar hype, especialmente porque son personas que generan cierta confianza y atención entre sus seguidores, así como es muy fácil propagar un hype a través de ellos gracias a su alcance y visibilidad.
Los influencers suelen tener acceso anticipado a productos o servicios para poder hablar de ello y generar unas expectativas incluso antes de su lanzamiento. Se trata de un tipo de colaboración estratégica en la que se debe escoger muy bien al influencer, que debe estar en línea con los valores e imagen de marca, debe dirigirse al mismo público objetivo y debe transmitir confianza y fiabilidad.
Sin embargo, es importante que haya un equilibrio entre hype y autenticidad, ya que en caso contrario se podrían crear unas expectativas poco realistas en torno a ese lanzamiento.
A lo largo de este artículo hemos mencionado tanto los beneficios como riesgos de crear hype, pero para tener más claro como llevar a cabo esta estrategia de forma efectiva, y a modo de conclusión, es fundamental asegurarse que el producto, servicio o evento cumpla con las expectativas generadas. Hacer pruebas o pedir la opinión de terceros puede ser muy útil para ello.
También es importante mantener la autenticidad y se totalmente transparentes y sinceros, sobre todo cuando la campaña se lleva a cabo con influencers; no exagerar y establecer un enfoque más bien moderado para no crear unas falsas expectativas, y controlar muy bien el tiempo y ritmo del hype, evitando la saturación.
Además, también puede funcionar muy bien involucrar a la comunidad para generar participación, midiendo siempre el impacto que está teniendo la campaña en tiempo real.