El marketing interno es el que se hace dentro de la propia empresa con el objetivo de "vendérsela" a los trabajadores. A primera vista puede parecernos que tiene menos importancia que el marketing externo (dirigido a los consumidores), ya que no genera beneficios económicos directos en marketing. Pero lo cierto es que el marketing interno repercute en la salud de la empresa a todos los niveles y ayuda a conseguir toda una serie de objetivos que al final acaban impactando en la cuenta de resultados.
Los empleados: en marketing interno, los empleados son los clientes a los que tenemos que "vender" el producto.
La empresa: es el producto cuyas ventajas queremos presentar a los empleados. Para ello, nos centraremos en características como la flexibilidad y la conciliación laboral, el ambiente de trabajo, las posibilidades de desarrollo profesional, etc.
La fuerza de ventas: los directivos y mandos intermedios de la empresa.
La comunicación interna: es la herramienta que utilizaremos para promocionar la empresa. Debe funcionar tanto en sentido descendente (para transmitir a los empleados las políticas, objetivos y acciones) como ascendente (para que los empleados hagan llegar su feedback).
El objetivo final: aumentar la motivación de los trabajadores y con ella, la productividad de toda la empresa.
Incremento de la satisfacción y disminución de la rotación de personal. Un empleado satisfecho se queda más tiempo en la empresa, con lo que disminuyen los costes de contratación e incorporación de empleados.
Mejor transmisión de los valores y mensajes de la empresa a los clientes finales. El marketing interno refuerza la cultura de la empresa, lo que hace que los empleados tengan más facilidad para transmitírsela a los consumidores.
Mejora de la productividad: cuando los trabajadores están motivados, su rendimiento mejora, y eso acaba traduciéndose en un incremento de los beneficios.
Mejor desarrollo profesional de los empleados: al adquirir confianza y motivación, los trabajadores pueden desarrollar mejor sus habilidades y acaban por aportar más a la empresa.
Captación de talentos: un buen ambiente laboral y unos trabajadores satisfechos son la mejor publicidad de cara a captar empleados nuevos.
Segmentación. Dentro de los empleados de una empresa, sobre todo si es de mediano o gran tamaño, nos encontraremos con diferentes situaciones. Por ejemplo, padres con hijos interesados en conciliar su vida familiar, personas jóvenes en busca de un ascenso o aquellos que priorizan la estabilidad. Debemos ser capaces de reconocer estos segmentos y pensar en estrategias adecuadas para cada uno de ellos.
Reconocimiento. Una de las mejores maneras de crear un ambiente de satisfacción laboral es reconocer los logros de los empleados, por lo que el reconocimiento debe ser un ingrediente del marketing interno.
Conciliación y flexibilidad. Hacer que los empleados se hagan responsables de organizarse para cumplir objetivos, en lugar de imponer horarios estrictos.
Conocimiento de la marca. Los empleados son los embajadores de la empresa ante los clientes, así que es fundamental que estén formados en todos los aspectos de los productos y la cultura empresarial.
Promoción de la formación y del desarrollo empresarial, con oportunidades para que los empleados mejoren sus habilidades y adquieran responsabilidades.
Fomento del team building y la colaboración entre los empleados.