Renderizar una página es el proceso que lleva a cabo un navegador web para transformar el código HTML, CSS y JavaScript en una página que el usuario puede ver y con la que pueda interactuar. Además de permitir la navegación e interacción, el correcto renderizado facilita la indexación, ya que los motores de búsqueda pueden entender mucho mejor el contenido y estructura del sitio web.
El renderizado afecta directamente al SEO, ya que los motores de búsqueda necesitan ver y entender la página web tal y como lo haría un usuario. Si esa visualización o comprensión es complicada o imposible, tanto Google como otros motores de búsqueda penalizarán el sitio web, lo que afectará a su posicionamiento, ya que esto estaría indicando que un usuario tampoco podrá visualizar y entender ese contenido.
Todo esto significa que debe cuidarse el renderizado web y se debe facilitar al máximo la interpretación del código HTML, CSS y JavaScript, ya que afecta directamente a la experiencia de usuario y, por consiguiente, a su posicionamiento dentro de la SERP.
Hay herramientas que pueden ayudar a comprobar el renderizado y a detectar posibles problemas. Una de estas herramientas es Google Search Console, que permite obtener información sobre el estado de rastreo e indexación de la página web de forma totalmente gratuita.
Otra opción es utilizar Fech & Render de Technical SEO, que es también es gratuita y realiza análisis muy detallados sobre el renderizado de la página web, incluso da información sobre cuánto ha tardado la herramienta en llevar a cabo la acción. Sin duda es una de las mejores opciones, ya que simula ser un bot de Google, por lo que da un análisis bastante real de lo que hay.
Una vez detectado el posible problema deberá resolverse lo antes posible para que no afecte al SEO y a la experiencia de usuario. Aunque los errores más frecuentes son un posible bloqueo de recursos por parte del archivo robots.txt, normalmente por un mal uso de etiquetas; bloqueo de las IP de Google, que suele darse cuando hostings o cortafuegos no permiten al bot de Google acceder; o un bloqueo de recursos por parte del servidor.
Para optimizar el renderizado de una web se pueden llevar a cabo algunas prácticas sencillas, pero efectivas, como minimizar el tamaño de los archivos, especialmente los archivos CSS y JavaScript, donde pueden eliminarse espacios en blanco, comentarios o caracteres que no sean necesarios. También se pueden optimizar las imágenes, ya que es un tipo de elemento que tiende a ralentizar la carga.
Otras medidas que pueden tomarse para mejorar esta parte son mejorar la entrega de CSS y JavaScript utilizando async y defer o dividiendo los códigos en bloques más pequeños; optimizar el tiempo de respuesta del servidor utilizando el almacenamiento de caché; priorizar la visualización y carga del contenido visible; u optimizar las fuentes web.
Eso sí, siempre se debe hacer un monitoreo y análisis de rendimiento regular, ya que así los errores pueden identificarse de forma rápida y poner solución cuanto antes.