Teniendo en cuenta la gran cantidad de operaciones que se realizan de forma online, la privacidad de datos es algo que toma cada vez más relevancia y que preocupa cada vez más a usuarios y empresas, de ahí a que se recurra a tecnologías que protejan todo tipo de información sensible. Una de estas tecnologías es la conocida como blockchain. Pero ¿qué es exactamente este tipo de tecnología y de qué forma puede relacionarse con el marketing?
El blockchain, que se traduce como cadena de bloques, es un tipo de tecnología que permite realizar una transferencia de datos de forma totalmente segura mediante una codificación muy sofisticada y sin la necesidad de la intermediación de terceros. Sería, entonces, una especie de base de datos compartida y codificada que permite el intercambio de una información a la que únicamente tienen acceso los propietarios de ella y en el que no es necesaria la ayuda de un intermediario.
Por ejemplo, para enviar dinero de A a C, normalmente se pasa primero por B, que sería el banco que realizará la transacción tras hacer la ordenanza. Con la tecnología blockchain, en cambio, el dinero iría directamente de A a C sin pasar por B u otro punto.
Fuente: RSM
Cuando una empresa utiliza tecnología blockchain puede presumir de estar dándole al usuario el control absoluto sobre las compras que realice en la web. Sus datos no llegarán a terceros y todo lo que compre será real y tal cual se especifique en la web, sin dar lugar a posibles falsificaciones. Además, cuando se firma un contrato a través de blockchain es porque ambas partes han acordado unos términos, los cuales si se han aceptado ya no pueden cambiarse, borrarse o destruirse.
Esto significa que en una estrategia de marketing el blockchain puede utilizarse para hacer más fuerte a una marca en cuanto a confianza y seguridad, lo que podría hacer aumentar las ventas.
La tecnología blockchain tiene varias ventajas dentro del marketing digital:
Uno de los puntos fuertes de la tecnología blockchain es, sin duda, el nivel de ciberseguridad que proporciona, pero también es una forma de abaratar costes al eliminar los intermediarios y hacer mucho más rápida cualquier transacción al no tener que pasar por un tercero.