El esfuerzo para conseguir un buen posicionamiento SEO se ve recompensado cuando incluimos dentro de nuestras estrategias la UX, el diseño de la experiencia de usuario en la navegación de una página web. Conociendo y aplicando ciertas claves UX para diseño web, combinadas con otras estrategias, nos llevarán al olimpo del SEO.
Repasemos brevemente en qué consiste el diseño UX en una página web. Hablamos de una web
pensada para el usuario, ideada para que le sea comprensible y accesible y que se adapte a sus
necesidades. Digamos que es una página que evoluciona y se ajusta periódicamente para ofrecer una excelente experiencia de navegación. ¿Y todo esto cómo se consigue?
A la hora de hablar del diseño de páginas web ideada para el usuario, en ofrecerle la mejor de
las experiencias de navegación, la clave principal es... pensar en él. Tienes que empatizar con el
usuario. Y para ponerte en su piel el primer proceso que debes llevar a cabo es investigar: ¿qué
busca tu target, tu público objetivo? ¿Qué tipo de contenidos le interesa? ¿Cuáles son los servicios o productos que está dispuesto a consumir?
Los resultados de esa investigación te proporcionarán los datos imprescindibles para adaptar la
página web y ofrecer justamente ese tipo de contenido, productos o servicios que el usuario desea o necesita. Le estarás facilitando la solución a su búsqueda de la forma más adecuada y atractiva y el usuario estará predispuesto a convertir.
A nivel práctico, las claves UX para diseño web pasan por considerar una serie de aspectos y
criterios:
Una página web tiene que ser capaz de transmitir confianza a quien la visita. La confianza es determinante para que el usuario se decida a convertir en tu sitio web y no en el de la competencia:
Disponer de certificado SSL.
HTTPS.
Buena gramática.
Facilitar diversas vías de contacto en lugar visible y accesible.
Avisos legales de fácil comprensión.
Prestar atención a los colores. (¿Implican un esfuerzo extra al usuario?).
Elegir adecuadamente las fuentes de tipografía. (¿El tamaño es el adecuado para teléfonos móviles y para todo tipo de usuarios?)
Legibilidad.
Diseño responsive (adaptado a todos los dispositivos tecnológicos y prestando atención a que no se solapen los botones CTA).
Tiempo de carga de la página (cuanto más veloz, mejor experiencia de usuario que no quiere perder su valioso tiempo).
Optimizar el número de clics que el usuario debe realizar hasta llegar a completar un proceso.
Procesos de compra, suscripción o descarga fáciles, intuitivos y que transmitan confianza.
Cajas de búsqueda de contenido o productos bien visibles y con sugerencias predictivas de resultados.
Comprobar la utilidad real de los pop-ups (en la mayoría de los casos son necesarios para incitar a una CTA, pero en exceso pueden entorpecer las conversiones).
Llamadas a la acción intuitivas.
Breadcrumbs que faciliten al usuario la navegación interna a través de la página web.
Configurar una buena arquitectura web que jerarquice adecuadamente el contenido, categorías y subcategorías.
Contenido adecuado a la intención de búsqueda del usuario. No hagas que un usuario haga clic en tu enlace para que después se encuentre con contenido que no tenga nada que ver con su intención de búsqueda.
Contenido relevante y pertinente.
Contenido de fácil comprensión.
Cómo hemos indicado, un diseño UX está pensado en el usuario, en cómo actúa, en cómo percibe el contenido y qué decide hacer con él. El diseño UX debe pues tener en cuenta todos los factores que ayuden a ese usuario a realizar una conversión:
Títulos que atraigan la atención del usuario y provoquen el deseo de consumir el contenido que le estamos ofreciendo en nuestra página web.
Estructurar bien los H1, H2, H3. Incluir un único H1 por página con palabras claves y categorizar el contenido desde H2 a H6 de forma cronológica. Las etiquetas de encabezado serán también útiles a la hora de hacer comprender a los buscadores qué contenido estamos ofreciendo exactamente, de forma que puedan ofrecerlo en sus resultados de búsqueda de forma correcta.
Incluir llamadas a la acción a través de texto o elementos visuales que faciliten y consigan la interacción que queremos que realice el usuario: una suscripción, una venta, la descarga de un ebook, etc.
El usuario debe sentirse cómodo mientras navega por una página web. Debe encontrar el contenido de forma fácil, sin pérdidas de tiempo a base de excesos de click o procesos enrevesados. Una estructura simple, con menús desplegables y barra de navegación, facilitará esa navegación intuitiva y natural.
En un entorno digital cada vez más competitivo y concurrido, es imprescindible dedicar recursos y esfuerzos para destacar, de atrapar al usuario con nuestro contenido, productos y servicios. Necesitamos atraerle a nuestra página web y que una vez allí, permanezca el tiempo suficiente para que realice la conversión que deseamos. Cuanto más tiempo de permanencia, reduciendo la tasa de rebote y consiguiendo un mayor número de conversiones, mejor posicionamiento SEO.
Porque los buscadores (léase Google, Bing, Yahoo) desde hace mucho tiempo y a través de sus algoritmos atienden al comportamiento del usuario, y ese comportamiento se refleja en los resultados de búsqueda.
Los algoritmos detectan cómo se comporta un usuario cuando accede a un sitio web. Sabe cuánto tiempo permanece, la tasa de rebote, si realiza una conversión... Y puede posicionar mejor una página web que ofrezca y considere los aspectos técnicos y los criterios que mencionábamos más arriba:
Velocidad de carga: los usuarios consideran su tiempo como un bien valioso. Preferirán siempre un sitio web ágil a uno con una carga lenta.
CTR (relación porcentual entre impresiones y click).
Pogo sticking (¿el usuario entra en la web y retorna de inmediato a los resultados de búsqueda -SERPs- o por el contrario permanece en ella?)
Además de mejorar el posicionamiento SEO, un diseño UX nos aporta otro gran beneficio: mejora la imagen de marca. La facilidad, la usabilidad y el atractivo de tu página web mejorará la percepción del usuario hacia la marca. Ese branding afianzado repercutirá directamente en la tasa de conversión, especialmente en ecommerce, tanto si la marca se dedica a la venta productos como de servicios. Ganar la confianza del usuario es uno de los objetivos primordiales a tener en cuenta.
Por otro lado, si ofrecemos un sitio web confiable, claro, con procesos sencillos, ahorraremos en servicios como el servicio de atención al cliente. El usuario será capaz de realizar los procesos por sí mismo, lo que repercutirá en una reducción de costes y recursos (dinero y tiempo) a la marca.
Una vez que el proyecto web ya esté online, hay una premisa importantísima a tener en cuenta: analizar. Asegurarnos de que la experiencia de usuario que estamos ofreciendo responde en verdad a lo que la persona requiere. Solo analizando podremos comprobar cómo se comporta, si encuentra alguna traba o si por el contrario hemos conseguido que el diseño UX de la web se ajuste a sus necesidades. Si el análisis es positivo, además de haber conseguido el objetivo inicial y el posicionamiento SEO, lograremos fidelizarle. Y fidelizar un cliente en un entorno digital sumamente competitivo es un aspecto que no hay que dejar de lado. Es más fácil conservar un cliente que conseguir uno nuevo, por lo que conseguir que sea “leal” a la marca es imprescindible.
Evidentemente el análisis del sitio web ha de ser recurrente y periódico, teniendo en cuenta posibles cambios de comportamiento en los usuarios, lo que nos permitirá actuar lo antes posible para adecuarnos a ellos. Pero además, ese proceso analítico nos permitirá anticiparnos a las necesidades del usuario (búsquedas de determinados productos, cursos, servicios) poniendo en práctica el marketing predictivo. Conocer de antemano los cambios en gustos, preferencias o necesidades nos aporta un arma invencible: ofrecerlo antes que la competencia. Quien llega antes, llega mejor, así que analizar nuestro sitio web solo nos reportará beneficios, tanto a corto como a medio plazo.
Hoy en día es indispensable desarrollar un sitio web con diseño UX, enfocado en la experiencia del usuario. Los recursos y esfuerzos deben centrarse en complacer más al usuario que a los buscadores, porque los mismos buscadores están pensando en el usuario. En cómo se comporta, qué necesita, qué le resulta más atractivo consumir. Si tu sitio web está optimizado hacia ese usuario, el posicionamiento en Google mejorará. Fidelizarás clientes. Te anticiparás a sus deseos y necesidades. Y, en definitiva, conseguirás más conversiones.
Diseño UX y posicionamiento SEO van de la mano: complace al usuario y encantarás a los buscadores.