En el mundo del marketing hay diferentes tipos de empresas: las que desarrollan una estrategia de inbound marketing, las que crean estrategias de branding y las que implementan ambas, pero de forma independiente. Sin embargo, son pocas las que ponen en marcha los dos tipos de acciones de manera combinada. Y es que, no muchos conocen los grandes beneficios que tiene relacionar estos dos mundos. Si este es tu caso, en este artículo vamos a contarte por qué es buena idea que empieces a desarrollar estas dos estrategias de forma conjunta.
Relación entre el Inbound Marketing y el Branding
Antes de empezar a explicar la relación de ambos conceptos, queremos explicarte en qué consisten cada uno de ellos por separado:
- Inbound marketing: es una metodología de captación de clientes a través de la creación de contenido de valor que resuelva las necesidades del target objetivo. Dentro de ella se engloban técnicas poco invasivas de marketing digital y publicidad que acompañan al lead (potencial cliente) desde el primer momento que conoce la empresa, hasta que compra y se fideliza.
- Branding: es todo el proceso por el que se define una marca, abarcando desde los valores, el tono y los aspectos más intangibles, hasta los elementos visuales como la tipografía y la imagen.
Como habrás visto, son conceptos diferentes que se ocupan de áreas muy distintas. Sin embargo, la finalidad es la misma: atraer a los máximos clientes posibles para aumentar los beneficios de la marca. La idea detrás de combinar ambas acciones es la de crear una sinergia que potencie los beneficios de ambas técnicas, las cuales ya por separado son bastante potentes. Pero, ¿Cómo se consigue eso? A continuación te lo contamos.
Cómo combinar ambas estrategias
De forma simplificada, podríamos decir que el inbound marketing consta de 3 fases:
- Atracción o captación: en esta primera etapa se busca que la persona llegue a nuestros distintos canales (redes sociales, blogs, vídeos, podcasts…) y que se interese por ellos por encima de los de la competencia.
- Conversión o venta: en la segunda etapa el objetivo es que los visitantes anteriores se registren para que nuestra base de datos aumente y que compren nuestros productos.
- Fidelización: por último, se trata de que el cliente repita, convirtiéndonos así en una marca de su confianza y a la que recurre cuando necesita algo de un sector concreto.
Para conseguir los objetivos de cada etapa, los equipos de marketing utilizan diferentes técnicas y estrategias. Pero, ¿qué espacio tiene el branding en todo esto?
- En la primera etapa es fundamental la primera impresión. Como hemos dicho, nuestra marca tiene que conseguir destacar por encima del resto y qué mejor manera de conseguirlo que con una imagen coherente, con personalidad y con un tono que conecte con el cliente objetivo. Y todo ello se consigue a través del branding. Con esto queremos decir que los contenidos que se crean deben tener una imagen definida, atractiva y un estilo comunicativo homogéneo. De lo contrario, será más difícil que tu cliente objetivo pase a la siguiente fase.
- En la segunda etapa, por un lado, se recurre a landings y formularios, y por otro lado, a herramientas como el email para la venta. En este tipo de formatos es muy común utilizar llamadas a la acción y, con un branding sólido, se consigue que estos no solo destaquen visualmente, sino que también el contenido sea el adecuado para que la persona tenga más ganas de hacer clic.
- En la última etapa, la acción de branding cobra una importancia mayor si cabe. La persona ya ha confiado en nosotros y nos conoce, por lo que ahora busca sentirse parte de una comunidad. Esto se consigue ofreciéndole contenido de interés, incluyendo nuevos CTA (llamadas a la acción) o a través del cross selling (venta cruzada). En todos estos contenidos, a través del branding, se debe conseguir una imagen sólida, única y que fomente la continuidad, haciendo que el cliente se sienta cómodo y familiarizado con nuestro estilo.
Podríamos decir que el inbound marketing es la estructura y los cimientos de la estrategia mientras que el branding es la decoración. Una potencia a la otra y ambas crean una metodología potente. Por separado, a una le faltaría esencia y a la otra dirección.
Así que ya conoces el por qué es interesante que vayan de la mano y que los equipos que diseñan una y otra trabajen conjuntamente.
Beneficios del Inbound Marketing con foco en el branding
Además de todas las ventajas que puede proporcionar a una empresa el seguir una estrategia de inbound marketing, como:
- Crear campañas menos agresivas que no incomoden a los usuarios y con las que se sientan más cómodos para dar el paso.
- Obtener leads más cualificados que estén más interesados por el producto o servicio y sepan lo que quieren.
- Y conseguir un buen posicionamiento en la red a partir de ofrecer calidad en el contenido.
Incluir el branding en esta metodología hará que:
- Tu marca sea más creíble hacia los usuarios y que estos confíen en ti antes y durante más tiempo.
- El brand awareness o conciencia de marca se potencie, consiguiendo que tu empresa sea más recordada y reconocible por el público en diferentes situaciones.
- Atraigas más talento. Como ves, el branding no solo ayuda a tu empresa de cara a los clientes, sino también de manera interna. El branding hace a una empresa atractiva e interesante, y las personas realmente buenas en su ámbito siempre buscan trabajar en una empresa que les motive e impulse, por lo que intentarán entrar en ella.
- Todas tus etapas del inbound marketing se potencien y consigan más resultados, sobre todo la etapa de fidelización, donde como hemos dicho, los clientes buscan una comunidad y sentir que forman parte de algo importante.
Esperamos que este artículo te haya sido útil y haya ayudado a mejorar tanto tu estrategia de inbound marketing, como tu estrategia de branding. Creemos firmemente que el desarrollar estos ámbitos de manera separada forma parte del pasado y que es el momento de que todas las empresas los pongan en práctica de manera conjunta. Ojalá tú seas una de ellas.