El marketing emocional no es nada nuevo: de hecho, el propio Aristóteles incluyó el recurso a las emociones como parte de las estrategias básicas de la persuasión. Pero cada vez sabemos más sobre cómo funcionan nuestros sentimientos y cómo incorporarlos a las estrategias de ventas.
El marketing emocional puede ser el factor clave para multiplicar los resultados de tus acciones. Por eso, vamos a ver qué es, cuáles son sus ventajas y cómo incorporarlo a tu estrategia de ventas.
El marketing emocional es el conjunto de acciones, herramientas y estrategias lanzadas por las marcas como parte de su estrategia de ventas para cultivar un vínculo afectivo con sus clientes reales y potenciales, de manera que estos sientan la marca como algo propio y quieran ser parte de ella.
Por tanto, las campañas de marketing emocional trabajan para despertar sentimientos en el destinatario, no para convencerle con argumentos racionales. Su eficacia se basa en el hecho de que la mayor parte de las veces las decisiones de compra se toman en función de aspectos inconscientes, y no de una valoración racional de los diferentes productos disponibles.
Ventajas del marketing emocional
¿Listo para subirte al carro del marketing emocional e incluirlo en tus estrategias de marketing? Toma buena nota de estos cuatro pilares básicos.
El vínculo afectivo entre la marca y el consumidor es la misma razón de ser del marketing emocional. Es importante saber que se trata de una relación bidireccional: el cliente vive experiencias emocionales a través de la marca, pero la marca también se enriquece a través de sus clientes.
Si la estrategia de marketing emocional ha funcionado, el cliente querrá ser también parte de la marca, tener voz para opinar y ser parte de sus productos y servicios. Por tanto, escucharle es fundamental.
Son los "ladrillos" en los que se basa la estrategia de ventas del marketing emocional, creando una relación duradera a partir de pequeños impactos.
En los tiempos que corren, estamos totalmente saturados de contenidos, tanto informativos y de entretenimiento como promocionales. Por eso, impactar es necesario para destacar.
La idea base del marketing emocional es hacer que las personas vivan experiencias con los productos, los servicios o la publicidad de la marca. Estas experiencias nos generan sensaciones y emociones, y a su vez estas nos llevan a tomar decisiones.
El marketing de contenidos es la plataforma donde se cobija el marketing emocional. Es a través de nuestros contenidos como conseguimos llegar al público emocional, generar una experiencia y emocionarle. En particular, el vídeo tiene un gran valor para provocar respuestas emocionales.
Para incorporar plenamente el marketing emocional en nuestra estrategia de ventas, tenemos que tener en cuenta qué emociones queremos provocar en la audiencia y qué piezas y formatos vamos a utilizar para conseguirlo, siempre reforzando los valores de marca.
Las lovemarks son el Santo Grial del marketing emocional: aquellas marcas que consiguen que los consumidores pierdan la razón por ellas. Algunos ejemplos: Starbucks, Coca-Cola, Apple, Red Bull...
Las lovemarks logran causar reacciones de auténtico amor entre sus fans, que se identifican plenamente con sus valores y llegan a convertirlas en parte de su identidad. Pero ¡ojo!: hay que tener presente que el amor no siempre dura para siempre, y puede aparecer otra marca de la competencia que les robe el corazón y haga que se alejen de nuestro lado.