Las penalizaciones de Google son una de las acciones más temidas para las marcas y que lleva a cabo la compañía estadounidense cuando se intenta conseguir un buen posicionamiento SEO de forma fraudulenta o violando, sin ser consciente, alguna de las directrices de Google Webmaster Guidelines.
Aunque en un principio ser penalizado por Google puede llevar a creer que todo el trabajo de Inbound Marketing realizado puede perderse, en realidad hay solución.
Las penalizaciones de Google son el castigo que impone la compañía estadounidense cuando detecta que un sitio web no está respetando una o varias directrices de Google Webmaster Guidelines.
Las directrices de Google están accesibles públicamente, por lo que aunque alguna de ellas sea difícil de entender o interpretar, incluso aunque se actualicen de forma constante, es responsabilidad del propietario del site informarse, mantenerse al día y respetarlas para evitar esa temida penalización.
El objetivo de la penalización o castigo es evitar que haya páginas web que consigan un buen posicionamiento SEO y aumentar el tráfico web de forma fraudulenta o ilícita, lo que perjudicaría a aquellos sitios web que están haciendo un buen trabajo de Inbound Marketing. Además, también es una manera de garantizar al usuario una buena experiencia mostrándole, entre los primeros resultados, aquellas páginas web que respondan a su intención de búsqueda con información de calidad.
Hay dos tipos de penalizaciones de Google, las algorítmicas y las manuales. Con penalizaciones algorítmicas se hace referencia a aquellas que sufren algunas páginas web por no cumplir con las nuevas directrices de Google, las cuales están en constante cambio. Cuando Google anuncia una actualización dentro de su algoritmo, los responsables de la página web deben optimizarla y aplicar los cambios que correspondan para poder adaptarse, cumplir con lo que se exige y no sufrir ningún tipo de penalización.
Las penalizaciones manuales, por su parte, son aquellas que se realizan a sabiendas que infringen las directrices del buscador. El objetivo de llevar a cabo este tipo de acciones es lograr, de forma rápida, posicionar en el buscador y atraer una gran cantidad de tráfico hacia la web. Sin embargo, es cuestión de tiempo que Google detecte que se están llevando a cabo acciones que van en contra de su normativa para sancionar a la web, como spam generado por los usuarios o spam puro, texto oculto y/o spam con palabras clave, publicación de contenido sin ningún tipo de valor para el usuario o introducir backlinks no naturales o enlaces internos no naturales.
El Black Hat SEO es una de las prácticas ilícitas más comunes porque permite posicionar en Google y otros buscadores de forma muy rápida. Sin embargo, lo que se hace a través del Black Hat SEO es engañar a los motores de búsqueda para alcanzar los primeros puestos sin demasiado esfuerzo. Se trata de una estrategia poco efectiva a largo plazo, ya que no aporta ningún tipo de valor a los usuarios finales y en el momento en el que Google u otros buscadores detecten el tipo de actividad que se está realizando procederán a penalizar a la página web.
El Black Hat SEO se lleva a cabo a través del:
La penalización de Google puede reducir el PageRank, puede hacer que la web pierda entre 30 y 950 posiciones dentro del posicionamiento de las búsquedas o puede proceder a la desindexación de la página o el dominio dentro del motor de búsqueda en función de lo grave que sea el motivo de la sanción, lo que llevaría a una caída significativa en el tráfico web.
Tener un control del tráfico web es fundamental para detectar cualquier tipo de anomalía, ya que una caída significativa podría estar indicando una penalización por parte de Google. La mejor manera de comprobarlo es a través de la herramienta Search Console de Google, donde en caso de sufrir una penalización algorítmica aparecerá un aviso. Si Google considera que se han estado llevando a cabo acciones fraudulentas o ilícitas, como Black Hat SEO, la penalización se aplicará de forma automática y sin dar explicaciones al responsable de la web.
Si en Search Console no aparece ningún tipo de aviso pese a una caída en tráfico web, se deberá introducir en el buscador de Google “sitio: [nombre de la página web]”. En caso de que el site no aparezca entre los resultados podría estar indicando que efectivamente Google ha decidido penalizar la página web o que esta se ha desindexado de forma accidental. Esto último puede comprobarse en WordPress o en la plataforma CMS.
Si la página web está correctamente indexada, se puede entrar en Google Webmaster y entrar en Errores de rastreo. Aunque para esto será necesario tener instalado Google Analytics en el sitio web. También se pueden comprobar las actualizaciones de Googlebot, ya que puede que el responsable de la página web no fuera consciente de ellas y que, por este motivo, el site ha sido penalizado.
Si efectivamente la web ha sido penalizada por Google el objetivo principal y todos los esfuerzos deberán centrarse en recuperarse de esta. En caso de no hacerlo podría agravarse la situación y afectar a toda la web.
El primer paso debería ser detectar el motivo de la penalización, si ha sido debido a unos cambios en el algoritmo de Google o realmente se han estado llevando a cabo acciones ilícitas con el fin de posicionar rápidamente en motores de búsqueda. Recordemos que en caso de ser debido a un cambio en el algoritmo deberemos comprobar las notificaciones en el Search Console de Google. En caso de que no haya ningún tipo de notificación es importante asegurarse de que no se ha utilizado ninguna técnica de Black Hat SEO.
El segundo paso será realizar todos los cambios que sean necesarios en la página web con el fin de recuperar posiciones. Comprobar la velocidad de carga de la página web, ofrecer contenido de calidad y utilizar las palabras clave dentro del texto de una forma natural, sin forzar y sin abusar de ellas, limpiar el perfil de enlaces y dejar solo aquellos que respeten las directrices de calidad…
En caso de que el contenido publicado en la página web no pueda optimizarse, la mejor opción es eliminarlo y crearlo de cero. Realizando todos los cambios que correspondan, el buscador, cuando rastree de nuevo la página web, los detectará y eliminará la penalización. Aunque si esta fue debido a una mala praxis, el propietario del site deberá hacer un pedido de reconsideración en Google.
Lo ideal es mantenerse al día de las actualizaciones en el algoritmo de Google y buscar información sobre ellas en caso de confusión. Además, aconsejamos no utilizar técnicas de Black Hat, ya que aunque prometen resultados rápidos, estos no son la mejor forma de conseguir conseguir la confianza del público objetivo y tampoco es la manera de obtener beneficios a largo plazo. Sin duda es mejor ir poco a poco y, sobre todo, hacer las cosas de forma correcta.