Por Sol Gonzalez, publicado en 3 marzo 2024
Un dominio es el nombre que se le da a un sitio web para que cualquier persona pueda identificarlo y acceder a él. Se trata de una combinación alfanumérica única e irrepetible, por lo que solo puede haber una empresa u organización que use el mismo nombre. De esta forma, al registrar un dominio, la empresa adquiere los derechos de uso exclusivo de ese nombre durante un periodo de tiempo que, generalmente, es renovable.
La elección del dominio es fundamental en marketing digital, ya que no solo va a servir para que los usuarios accedan a tu web, sino que va a ser clave en el reconocimiento de tu marca.
Algunos ejemplos de dominio son cyberclick.es, apple.com o adidas.es.
Para qué sirve un dominio
Como hemos avanzado, la función principal de un dominio es la de identificar y acceder a un sitio web. Sin embargo, también tiene otras utilidades que quizás son menos evidentes. Vamos a verlas todas a continuación.
Identificación única y acceso a la web: los usuarios pueden acceder a tu sitio web escribiendo el nombre del dominio en el navegador.
Branding y presencia online: un nombre de dominio relevante y fácil de recordar puede ayudar al reconocimiento y visibilidad de una marca en internet.
Correo electrónico personalizado: un dominio también se puede utilizar para configurar direcciones de correo electrónico personalizadas y con una apariencia más profesional. Por ejemplo: comunicacion@cyberclick.com.
SEO: hay aspectos relacionados con el dominio que pueden afectar al posicionamiento de una web. Por ejemplo: el uso de palabras clave en el nombre, una estructura amigable y fácil de recordar, y una extensión que dé pistas sobre el contenido o la localización de la web. Es decir, podemos usar la extensión .es para páginas alojadas en España, la .edu para páginas educativas o la .org para organizaciones sin ánimo de lucro.
Cómo funciona un dominio
El sistema de nombres de dominio o DNS actúa como conector entre los nombres de dominio, que son legibles y fáciles de recordar, y las direcciones IP, que son numéricas y mucho más difíciles de recordar. De esta forma, los dominios reemplazan a las IP, ya que para un usuario es mucho más sencillo recordar coca-cola.com que 52.84.162.61.
Una vez que el usuario introduce el nombre de dominio en el navegador, la IP conecta con los servidores que muestran la información del sitio web.
Cuál es la estructura de un dominio
Un dominio se compone de dos partes:
Nombre de dominio: es la parte personalizada y única que da nombre al sitio web. Puede contener letras, números y guiones. Ejemplo: elpais.
Extensión: también conocida como TLD o Top-Level Domain, es la parte que sigue al nombre e indica el propósito o la localización de la web. Las extensiones pueden referirse al país de origen del sitio web (.es, .it, .ar), al propósito (.edu, .org, .info, .gob) o combinar ambas cosas (.org.es, .gob.es).
Combinando nombre y extensión, tenemos el dominio completo: elpais.com.
Diferencia entre dominio y URL
Mientras que el dominio es solo el nombre y extensión que permiten identificar un sitio web, la URL es la dirección completa que lleva a los usuarios a una página concreta del sitio. Por ejemplo: cyberclick.es es el dominio, mientras que https://www.cyberclick.es/ es la url. Y también es una url https://www.cyberclick.es/diccionario-de-marketing-digital o https://www.cyberclick.es/numerical-blog.
Cómo registrar un dominio
Para registrar un dominio debes dirigirte a la web de algún vendedor de dominios, como Google Domains, GoDaddy, OVH o Hostinger. Ahí tendrás que revisar si el nombre que quieres está disponible y, si es así, hacer tu compra introduciendo tus datos y método de pago. Es importante que tengas en cuenta que la compra de un dominio es durante un tiempo limitado y que lo más probable es que debas renovarla anualmente.