La gamificación o gamification, en inglés, lleva ya años entre nosotros, pero no deja de ser tendencia nunca. Y es que si algo demuestra el éxito de Pokémon Go y Candy Crush, es que ¡nos encanta jugar! Y para las marcas, esta tendencia humana es una gran oportunidad para incrementar el engagement.
Sin embargo, como con toda tendencia de marketing de moda, la gamification en sí no es suficiente para generar resultados. Tenemos que ver cómo aplicarla a nuestra marca con criterio para generar buenos resultados y contribuir a conseguir nuestros objetivos de negocio. Por eso, vamos a ver qué es la gamificación y cómo implantarla en tus planes de marketing.
La gamification (también conocida ludificación) es el proceso de introducir mecánicas y diseño de juego en contextos no lúdicos, por ejemplo, en campañas para un producto determinado. La idea es aplicar las técnicas basadas en datos que usan los creadores de videojuegos para enganchar a los jugadores, y aplicarlas a canales como una página web o una app de empresa para motivar acciones que generan valor para tu negocio.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que la gamification no tiene por qué adoptar necesariamente la forma de un juego clásico, con sus puntos y niveles (aunque en este artículo los usaremos como ejemplo). A veces, se trata sencillamente de tomar los elementos de marca existentes y darles un aspecto más lúdico.
La gamificación está transformando los modelos de negocio porque crea nuevas maneras de alimentar las relaciones a largo plazo y fidelizar tanto a los clientes como a los empleados. Su éxito reside en que se alimenta de motivaciones que existen en todos nosotros, como el sentimiento de comunidad, la respuesta inmediata, el logro y la recompensa. Si se combina con las últimas investigaciones sobre motivación y con el big data generado por las interacciones de los usuarios, tenemos en nuestros manos una herramienta muy potente.
Para las marcas, la gamification tiene múltiples ventajas:
Incrementa el engagement de los clientes, los clientes potenciales y los colaboradores. Ofrecer recompensas a estos grupos de usuarios estimula la fidelidad y los sentimientos positivos en torno a la marca. Estas recompensas no tienen por qué ser materiales: también puede tratarse simplemente de reconocimiento o incluso contenido de valor.
Estimula el sentido de logro y la competitividad. Las personas quieren sentir que se les presta atención y que su esfuerzo se recompensa. Ofrecerles una manera de competir con otros usuarios les motiva y les incita a dar lo mejor de sí mismos.
Ayuda a identificar diferentes targets y a generar big data. Las herramientas de gamification generan una gran cantidad de datos a través de las interacciones entre los usuarios y el sistema. A su vez, estos datos pueden servirnos para identificar los intereses y comportamientos de estos usuarios y diseñar ofertas altamente personalizadas para captarles.
Todo esto está muy bien pero ¿cómo se aplica la gamification en la práctica? Fundamentalmente, a través de las dinámicas de juego, esto es, elementos tomados de los juegos que incrementan la interacción con un contenido. Estos 10 ejemplos te ayudarán a visualizarlo mejor:
Objetivos. Para ofrecer una buena experiencia de gamification, el usuario debe tener claro cuáles son las metas a alcanzar tanto a corto como a largo plazo.
Competición. Al final, jugamos para ganar o al menos para superar a otros. El "pique" es una explicación fundamental de por qué los juegos nos enganchan.
Colaboración. Además de competir unos con otros, los jugadores también pueden colaborar entre sí y formar equipos para conseguir metas más importantes. Una dinámica especialmente interesante si estamos usando la gamification de manera interna en una empresa.
Niveles. Dentro del contexto de juego, llamamos nivel a cada una de las "pantallas" o experiencias que el usuario debe recorrer, pero los niveles también sirven para valorar cuánta experiencia o habilidad tiene el usuario en un aspecto concreto (por ejemplo, "fuerza nivel 4").
Puntos. Los puntos son una evidencia tangible y medible de los logros de los usuarios, que les aportan un feedback sobre su progreso y además pueden acumularse para obtener recompensas y superar niveles.
Marcadores. Los marcadores de puntos, así como los perfiles individuales y de equipo, permiten que el usuario se compare con otros y estimulan la competitividad.
Aprendizaje interactivo. En lugar de obligar a los usuarios a leer un manual, los juegos suelen incorporar una serie de tareas sencillas que permiten al usuario aprender a manejarse en el entorno del juego.
Insignias. Las insignias son una especie de medallas virtuales que reconocen un logro o una habilidad en concreto. Se trata de una recompensa cuyo valor es intrínseco al propio juego.
Comunidad. La creación de una comunidad en torno al juego aporta reconocimiento social y da sentido a las recompensas virtuales, por ejemplo, las insignias. Los usuarios aprenden unos de otros y se motivan mutuamente para alcanzar sus metas.
Feedback. Una característica muy importante de los juegos es que ofrecen al usuario un feedback en tiempo real sobre su progreso, tanto a través del contador de puntos como de mensajes en la pantalla, emails y otros recursos. Por ejemplo, puedes felicitar a un usuario por conseguir un objetivo, explicarle el siguiente paso o presentarle una recompensa.
También es interesante tener en cuenta que por sí solas, las dinámicas de juego no son suficientes para proporcionar una buena experiencia; también es muy necesario tener en cuenta el diseño de juego, esto es, el recorrido completo del usuario en la aplicación, de tal manera que se ofrezcan estímulos suficientes como para mantenerle motivado pero sin abrumarle.
Conoce a tu audiencia. Antes de lanzarte a crear una estrategia de gamification, tienes que tener muy claro a quién te diriges. Aunque a todos nos gusta jugar, el tipo de juego que funciona con millennials puede ser muy diferente al que le interesa a los baby boomers. De la misma manera, si tu juego incluye cuestionarios o preguntas tipo Trivial, tendrás que tener en cuenta las temáticas más relevantes para tu audiencia.
Investiga. Como en cualquier estrategia, es fundamental saber qué está haciendo tu competencia. Busca otras experiencias gamificadas o juegos que se dirijan al mismo segmento. ¿Cómo funcionan? ¿Qué tipo de recompensas ofrecen? ¿Cómo se integra el producto dentro del juego? ¿Qué elementos están funcionando mejor? A partir de esta información, puedes intentar elaborar una serie de buenas prácticas para diseñar tu propia experiencia de gamification.
Pon objetivos claros. La gamificación no deja de ser parte de tu estrategia de marketing, y como tal, tiene que responder a los objetivos generales de la empresa. Por ello, debes tener muy claro qué quieres conseguir con la ludificación y cómo vas a medirlo. En la mayoría de los casos, las experiencias de juego incluyen analíticas internas que nos permiten obtener estadísticas sobre la participación de los usuarios, como el tiempo pasado en cada nivel, el número de visitas o los logros conseguidos.
Establece incentivos. Para que los usuarios participen de manera activa, tienen que obtener un beneficio claro. Dentro de las mecánicas de juego, este beneficio adopta la forma de recompensas. Por ejemplo, puedes ofrecer muestras de tu producto, contenidos útiles o cupones promocionales. Recuerda que también puede haber recompensas por cumplir objetivos dentro del propio juego, por ejemplo, las insignias. Además de la investigación que has realizado en el apartado anterior, también puede ser buena idea preguntar directamente a tu audiencia qué tipo de recompensas les interesan más.
No te compliques la vida. A veces, los mejores juegos son adictivamente simples (por ejemplo, ¡piensa en el Tetris!). En general, vivimos en un entorno totalmente sobrecargado de estímulos, por lo que nuestra capacidad de atención es bastante corta. Si el usuario no consigue averiguar rápidamente de qué va el juego y cómo participar, lo más seguro es que abandone. También es necesario que los niveles sean lo suficientemente cortos como para que los jugadores no los dejen a la mitad.
Establece fechas límite. Para desarrollar y ejecutar tu estrategia de gamification de manera efectiva, es necesario que establezcas hitos y fechas límite. Para que todo fluya a la perfección, es muy buena idea que los equipos de marketing, creativos y técnicos colaboren entre sí para dejar claras las expectativas y las logísticas.
No tengas miedo a evolucionar. Realidad virtual y aumentada, inteligencia artificial... Las nuevas tecnologías aportan un montón de opciones nuevas para crear experiencias interactivas y mantener a tu público enganchado. Así que ya sabes, ¡renovarse o morir! No dudes en probar cosas nuevas y pierde el miedo al fracaso. Después de todo, cometer errores y aprender de ellos es la única forma de avanzar.