Por David Tomas, publicado en 8 noviembre 2021
El modelo AIDA es una de las estrategias más clásicas dentro del marketing. Este modelo hace referencia a las etapas por las que debe pasar un cliente dentro del proceso de compra. Te explicamos en qué consiste este modelo y cómo puede aplicarse dentro del marketing y ventas.
¿Qué es el modelo AIDA?
El modelo AIDA es una técnica utilizada dentro del marketing en la que el proceso de compra se separa en cuatro etapas: Atención, Interés, Deseo y Acción.
Atención: el primer objetivo es captar la atención del cliente y que esté se fije en el producto o servicio que ofrece la marca.
Interés: cuando se ha captado la atención del cliente hay que conseguir que este tenga interés en saber más sobre el producto o servicio. El consumidor se plantea la opción de comprar.
Deseo: si el consumidor tiene interés en el producto o servicio, en esta etapa toca provocar el deseo de compra. En este punto es necesario que sienta que ese producto o servicio es necesario y que será la solución a cierto problema, por lo que es importante que conozca sus beneficios.
Acción: si se ha logrado convencer al cliente en la etapa anterior, es el momento en que se efectúe la compra.
Para que se produzca la venta es necesario que el consumidor pase por esas cuatro etapas y que la empresa lo acompañe realizando las acciones que correspondan. Cuando la marca sabe en qué punto se encuentra un usuario es mucho más fácil saber qué necesita para ayudarlo a pasar de etapa.
¿Cómo puede aplicarse el modelo AIDA?
Lo más importante es conocer la fase en la que se encuentra un usuario, ya que según en la que se esté se llevarán a cabo unas acciones u otras.
En la primera etapa será necesario utilizar un recurso que pueda llamar la atención del usuario. Puede ser un titular, una imagen, un anuncio televisivo, un correo electrónico… Cualquier canal es válido siempre que sea llamativo.
Si se consigue captar la atención del usuario se pasará a la etapa de interés. Aquí se deberán destacar las cualidades del producto de una forma clara y llamativa a través de frases, una puesta en escena… Lo importante es conseguir que el usuario esté el máximo de tiempo posible en el lugar donde se habla del producto o servicio, ya que así se despertará su deseo de compra.
En este punto se tendrá que convencer al usuario de que ese producto es la solución a sus problemas. Hay que dejar muy claro el precio y dar toda la información necesaria para que el consumidor decida comprar, que es la etapa de acción.
Para que la compra se lleve a cabo con éxito el proceso debe ser rápido y sencillo. Si se piden demasiados datos, la página tarda en cargar o da algún tipo de error, puede que el usuario desista.
Podemos concluir, entonces, que el modelo AIDA es básico para conseguir que un lead se convierta en cliente. Además, su aplicación es muy sencilla, ya que basta con cubrir con los propósitos de cada etapa.