Muchos productos o servicios que se lanzan al mercado no generan las ventas esperadas y se convierten en un fracaso para la empresa, sobre todo en términos de pérdidas económicas. Para poder minimizar este riesgo existe el producto mínimo viable o MVP, conocido también por sus siglas en inglés PMV. Pero ¿qué es o en qué consiste exactamente un MVP? Te lo explicamos a continuación.
El producto mínimo viable es un producto o servicio que incluye las características básicas de aquel producto o servicio que se quiere lanzar al mercado. Es decir, una especie de prototipo con el que poder satisfacer las necesidades de los clientes y con el que poder ver la aceptación y el interés que genera entre ellos. También sirve para obtener información que permita mejorar el producto a nivel de funcionalidad, fiabilidad, usabilidad y diseño con el fin de que el lanzamiento sea un éxito.
El MVP permite, entonces, minimizar al máximo los riesgos que tiene lanzar al mercado un nuevo producto o servicio y mejorar un proyecto para que tenga una mayor aceptación y genere ventas.
El consumidor de un MVP, conocido como early adopter, es la persona que determinará si el cliente objetivo querrá y pagará por ese producto o servicio, por lo que deberá ser un cliente con un problema o una necesidad que pueda cubrir con ese producto mínimo viable. Si ese producto o servicio consigue resolver su problema, estará dispuesto a colaborar con la marca para mejorarlo.
Para llegar a este early adopter se deberá analizar la competencia y encontrar la respuesta a preguntas como ¿qué está haciendo ella para resolver este problema o cubrir esta necesidad? ¿Cuáles son sus debilidades y fortalezas? ¿Qué tipo de clientes tiene?
El siguiente paso será conocer más al tipo de cliente que podría interesarse por ese producto o servicio para poder hacer una buena segmentación. Aquí sería importante saber la edad, el sexo, nivel de estudios, nivel económico y cualquier otro dato que permita crear un perfil del cliente ideal.
Y, finalmente, debe encontrarse el motivo de compra o, dicho de otra forma, las características que debería tener un producto o servicio para que ese cliente decida comprar ese y no el de la competencia y qué es lo que más le importa. ¿Prioriza la buena relación calidad y precio? ¿Prefiere artículos de lujo?
Para tener un MVP no es necesario ser una gran marca. De hecho, algunas grandes empresas son los que son hoy en día gracias a un producto mínimo viable, como Dropbox, que antes de lanzar su servicio de alojamiento de archivos multiplataforma en la nube hizo un vídeo explicando sus beneficios y lo publicaron en internet. El interés de los usuarios fue tan grande, que sus fundadores decidieron invertir en el proyecto.
Amazon es otro gran ejemplo, ya que empezó siendo una pequeña tienda de libros online dirigida por Jeff Bezos. Los libros fueron el MVP, ya que fue lo que le permitió conocer a los consumidores y añadir poco a poco otros productos. Sin duda una muy buena estrategia, ya que Amazon es la tienda online más grande del mundo justamente gracias a ese producto mínimo viable.