Dentro del marketing digital hay un término que hace referencia al rastreo de páginas web y al análisis de su código con el fin de que los motores de búsqueda, como Google o Bing, puedan dar unos resultados que se ajusten lo máximo posible a la razón de búsqueda. Este término es el crawler, conocido también como araña en SEO.
El crawler o araña en SEO es un software o webbot capaz de rastrear todas las páginas web para leerlas, analizarlas y entenderlas con el objetivo de llevar toda la información a un servidor. Es en este servidor donde se le determinará una posición dentro de los resultados de búsqueda o SERP.
Este tipo de software se encuentra en los motores de búsqueda como Google, Bing o Yahoo, entre otros. Gracias a este webbot, el buscador, basándose en las palabras clave introducidas, es capaz de ofrecer unos resultados ordenados por orden de relevancia que den respuesta a la pregunta del usuario.
Existe más de un tipo de crawler en función de su objetivo. Estos son los dos principales:
Crear un crawler personalizado que realice una tarea específica no es complicado, ya que no es necesario tener unos grandes conocimientos en programación. Aunque hay algunas opciones disponibles de pago y gratuitas que realizan algunas de estas funciones específicas, como Oncrawl, que hace auditorías SEO; Apifier, que sirve para monitorizar a la competencia; o Screaming frog, que sirve para mejorar el SEO de una página web o blog.
Ahora ya sabemos qué es un crawler y que su función consiste en hacer un rastreo de páginas web para analizarlas y entenderlas, pero ¿cómo funciona exactamente el robot de Google?
Googlebot cuenta con un conjunto de semillas, que son URLs que deben analizarse y procesarse. Es decir, cada nueva URL, antes de pasar a formar parte del índice de páginas descargadas, que es lo que hará que los resultados de búsqueda aparezcan mucho más rápido, Googlebot la convierte en semilla hasta que analiza su contenido.
El análisis de un sitio web consta de un análisis del contenido textual, de un análisis de los enlaces y de un análisis de las etiquetas HTML. Cuando se ha obtenido toda esta información, esta se almacena en el servidor de Google en el caso de Googlebot para poder dar esa web como respuesta a una búsqueda cuando se crea conveniente.
Podemos concluir, entonces, que el contenido que compone una página web toma especial relevancia en el momento en el que se tiene constancia que los crawlers deben entender lo que hay en ella.