¿Quieres conseguir resultados rápidos con tu estrategia de marketing? Entonces el marketing operativo te interesa. Hay muchos tipos de marketing y estrategias, algunos con efectos más espaciados en el tiempo y otros con resultados más a corto plazo. Ninguno es mejor que otro, ni más efectivo, todo dependerá de tu sector o estilo, pues las acciones que conllevan son diferentes.
El marketing operativo o marketing táctico consiste en llevar a cabo acciones comerciales que generen un efecto inmediato en los resultados de la empresa. A diferencia de otro tipo de estrategias, el marketing operativo se centra en el presente y en la consecución de resultados a corto plazo.
Generalmente, para conseguir estos resultados, se pone el foco en el producto, es decir, en transmitir sus beneficios y características al público de forma directa para crear una oferta atractiva. De esta forma, se puede aumentar las ventas tanto de clientes como de potenciales clientes en un corto espacio de tiempo.
Tanto el marketing operativo como el marketing estratégico tienen el objetivo de aumentar las ventas de un negocio, conseguir nuevos clientes, fidelizar a los que ya tienen y conseguir que la marca alcance cierto prestigio. Lo que les diferencia a uno y a otro es la forma de alcanzar esas metas.
La principal diferencia que encontramos entre ambos es el tiempo que se toman para conseguir los objetivos antes mencionados. Mientras que el marketing táctico trabaja con espacios de tiempo más cortos, el marketing estratégico se orienta al largo plazo.
Otra distinción importante es que el marketing estratégico plantea sus acciones siempre teniendo en cuenta una visión global de la marca. Además, se centra más en la parte de planificación. Por el contrario, el marketing operativo está más centrado en aspectos concretos de un negocio así como en la parte más práctica.
Esto nos lleva a la idea correcta de que lo ideal es que en las empresas existan ambos tipos de marketing y que se complementen para conseguir unos óptimos resultados y sacarle partido a lo bueno de ambas estrategias. Aunque en una empresa puede existir únicamente uno de ellos, los resultados se potencian cuando ambos trabajan unidos. Esto se debe a que, para poder llevar a cabo unas acciones concretas que den resultado, es necesario un plan previo y un ejercicio de reflexión que oriente el rumbo.
En resumen, estas podrían ser las principales diferencias entre ambos tipos:
Las redes sociales son uno de los entornos más agradecidos en la actualidad para desarrollar acciones de marketing operativo, pues son capaces de generar resultados en un corto espacio de tiempo. Por ejemplo, los concursos y sorteos han demostrado ser excelentes a la hora de atraer audiencia al perfil y conseguir aumentar el número de seguidores. Además, con estos sorteos también se produce una exposición masiva de la marca, aumentando así su popularidad.
Dos productos con los mismos beneficios pueden tener unas ventas totalmente diferentes solo por su packaging. Los consumidores tienen muy en cuenta el empaquetado de un producto, por lo que un cambio en este va a repercutir de forma directa en las decisiones de compra y, por tanto, en los resultados de venta a corto y medio plazo. En ese sentido, todos los cambios que tengan que ver con la imagen y con el aspecto visual de una marca suelen ser tarea del marketing operativo.
El precio tiene grandes repercusiones sobre la demanda de un producto a corto plazo. Bajarlo puede aumentar el número de clientes, pero también hacer que tu marca sea considerada menos exclusiva. Por el contrario, aumentarlo, aunque pueda hacer disminuir la clientela, también puede rentabilizar la empresa. Nada te asegura el éxito, pero esto sin duda se engloba dentro de las acciones del marketing operativo. Además, este es el claro ejemplo de lo importante que es que ambos tipos de marketing (estratégico y táctico) trabajen juntos. Sin el trabajo previo de investigación y análisis, un cambio de precio podría resultar erróneo.
Dentro de esta acción de marketing táctico, los descuentos se utilizan mucho para aumentar el volumen de ventas en un corto espacio de tiempo, ya que es una táctica que suele funcionar. Esta bajada de precios transitoria o por tiempo limitado tiene un claro objetivo, pero las razones pueden ser diferentes: reducción de stock, necesidad de un impulso al lanzar un producto nuevo o captación de nueva clientela.
Algunas campañas de marketing pretenden vender un determinado producto o productos en una temporada concreta. Esto es algo muy habitual en el sector de la moda, donde se llevan a cabo campañas según las diferentes estaciones del año y en las que se pretende que el público compre las prendas en esa temporada y no en otra, es decir, en un espacio corto de tiempo.
A diferencia del marketing estratégico, en el que sí que hay que llevar a cabo un análisis en profundidad paso a paso sobre diferentes aspectos para marcar una hoja de ruta, como por ejemplo describir al cliente ideal o definir objetivos; en el marketing táctico no pasa lo mismo. No hay un paso a paso que seguir para llevar a cabo el objetivo de forma exitosa, pues se trata de un trabajo más práctico. Eso sí, hay que tener en cuenta dos premisas:
El marketing mix es un tipo de marketing estratégico que analiza aspectos internos del negocio. Para llevar a cabo el análisis, se tienen en cuenta 4 variables principales:
La relación entre este y el marketing operativo es que el último se encarga de trabajar a nivel táctico las conclusiones que extrae el equipo encargado del marketing mix.
Uno de los aspectos positivos del marketing operativo es que no se necesita un gran equipo para ponerlo en marcha, ni tampoco un presupuesto elevado. En este último apartado queremos darte algunos consejos para que lo puedas llevar a cabo de forma exitosa: