El email marketing es una de las técnicas más populares y efectivas para comunicarnos con nuestros clientes potenciales, pero este canal también puede dar lugar a abusos y spam.
Para hacer un uso ético y eficiente del email marketing, se hace necesario recurrir a prácticas como el doble opt-in. Te explicamos en qué consiste y por qué deberías aplicarlo a tu marca.
Uno de los principios básicos del email marketing es que siempre debemos contar con el consentimiento de los usuarios antes de mandarles emails.
La idea de contar con el permiso de los usuarios ya se popularizó hace más de 20 años, con el libro Permission Marketing de Seth Godin, que afirmaba que "el marketing de permiso se define como el privilegio (y no el derecho) de enviar mensajes pertinentes, personales y esperados a quienes de verdad buscan recibirlos".
A día de hoy, recopilar el consentimiento de las personas para mandarles mensajes no solo es una buen práctica de marketing, sino que es obligatorio por ley. De hecho, el Reglamento General de Protección de Datos establece que el usuario tiene que dar su consentimiento de manera activa.
Y todo esto nos lleva al tema del opt-in.
El opt-in simple consiste en que el usuario nos dé explícitamente su permiso para que podamos enviarle mensajes de marketing a su correo electrónico, por ejemplo, marcando una casilla al rellenar un formulario.
El opt-in doble, en cambio, va un paso más allá: después de marcar la opción para dar consentimiento a recibir mensajes, el usuario recibe un correo electrónico en el email que nos ha dejado y tiene que hacer clic en él para volver a confirmar que quiere recibir nuestros correos. Vamos a verlo paso a paso:
El usuario rellena un formulario con sus datos (incluyendo el correo electrónico) y marca la casilla u otra opción para confirmar que quiere recibir nuestros correos.
Tras hacer clic en "Enviar", se le dirige a una página de agradecimiento en la que se le avisa de que tiene que revisar su bandeja de entrada.
El usuario entra en su correo, abre el email que acabamos de enviarle y hace clic en el botón de confirmación.
Y finalmente, se le dirige a una última página donde le confirmamos que se ha suscrito correctamente y le damos las gracias.
Para mejorar la calidad de tu base de datos. Con el doble opt-in, nos aseguramos de que el correo que nos ha dejado el usuario existe y está en funcionamiento, eliminando el riesgo de "hard bounces".
Para confirmar que el usuario realmente está interesado en recibir nuestros correos. Al tener que dar un paso extra, esta persona se está comprometiendo con nosotros y confirmando su interés en la marca.
Para evitar problemas legales. Según la legislación actual, el opt-in simple debería ser suficiente, pero nunca está de más ser precavidos. Con el opt-in doble, puedes demostrar que el usuario está de acuerdo en recibir tu emails y evitar que alguien se suscriba por error.