Cuando un cliente va a realizar una compra, en su decisión intervienen dos elementos: el racional y el emocional (no siempre en la misma medida). Por ello, para que la publicidad de una marca sea efectiva, ha de apelar a ambos aspectos. No obstante, en algunas estrategias se suele trabajar más el aspecto racional y en otras el emocional, dependiendo del target al que nos dirigimos. Hoy queremos hablarte de la publicidad emocional, y los beneficios que puede conllevar para los resultados de tu empresa.
La publicidad emocional es aquella cuyo mensaje apela a las emociones del público con el objetivo de animarlo a que compre unos determinados productos o servicios. En este tipo de marketing se suele utilizar mucho el recurso del simbolismo y no se suelen mencionar datos objetivos, sino sentimientos subjetivos.
La clave de una buena publicidad emocional es que el público objetivo se identifique rápidamente con los valores que transmitimos y, por tanto, que tenga la necesidad de comprar aquello que se le muestra. Así, el producto o servicio no sería el protagonista de la campaña (quedando en un segundo plano); en su lugar lo serían las sensaciones o sentimientos que el espectador experimenta.
El neuromarketing es la disciplina que estudia los distintos tipos de técnicas publicitarias que se engloban dentro de la publicidad emocional.
Son 5 los elementos o características que definen a la publicidad emocional:
Normalmente, la publicidad suele apelar tanto a elementos racionales como emocionales. Pero no siempre es así, la publicidad emocional se centra solo en los segundos y la utilizan aquellas marcas que han comprobado que apelar a los sentimientos y emociones de sus clientes es lo que mejor funciona para potenciar sus ventas. Si también es el caso de tu empresa, a continuación queremos darte algunos consejos para que puedas implementar este tipo de publicidad correctamente.
En cualquier estrategia de marketing, el primer paso es conocer a nuestros clientes, cómo son, cuáles son sus intereses, qué esperan de nosotros. Y esto, en la publicidad emocional se vuelve una tarea mucho más profunda, crucial y complicada, pues debemos saber qué emociones son capaces de mover a nuestro público. ¿La tristeza o la felicidad? ¿La seguridad o la libertad? ¿La esperanza o la nostalgia? Te recomendamos que analices a fondo las características de tu público objetivo para acercarte cada vez más a las emociones adecuadas.
Este tipo de publicidad no consiste en manipular a los consumidores para conseguir que compren nuestros productos o servicios, sino en crear conexiones reales y duraderas. Por ello, trata de que tu mensaje represente los valores de tu marca y de que sea honesto. Si el cliente percibe que tus palabras bonitas están vacías y solo están orientadas a la venta, tu estrategia de publicidad emocional habrá fracasado. Lo que el público debe sentir es una emoción real y orgánica.
Los mensajes inspiracionales son muy potentes, pues motivan al público y potencian la acción en contra de la inacción. Las marcas de deporte como Nike, Adidas o Reebok suelen utilizar mucho este recurso en sus spots. En este anuncio de Adidas, por ejemplo, vemos cómo la marca trata de inspirar a las mujeres a tener su propio espacio dentro del deporte.
El sentimiento de comunidad o pertenencia a un grupo es muy fuerte en el ser humano. Le hace sentirse integrado, parte de algo importante y valioso. Por ello, las marcas lo utilizan mucho en su estrategia de publicidad emocional.
La publicidad que más emociona es aquella que cuenta algo, que transmite una historia, ya que consigue que el espectador se interese y no solo reciba mensajes de productos o servicios, sino algo más allá. La marca de cerveza Estrella Damm es algo que consigue de forma muy exitosa todos los veranos con sus anuncios, en los que cuenta diferentes historias muy relacionadas con la temporada que siempre conmueven al público.
Los spots de Estrella Damm también nos sirven para poner de relieve lo importante que son los recursos musicales y visuales en una estrategia de publicidad de tipo emocional. Un buen vídeo y una buena sintonía pueden hacer mucho por la efectividad de tu spot, no temas en utilizarlos.
Los anuncios de Coca-Cola son el mejor ejemplo de publicidad emocional. Si nos fijamos en cualquiera de sus spots, la marca nunca apela a las características o beneficios de sus productos de forma directa, sino que lo hace a través de sentimientos que pueden experimentar las personas al consumirlos. En este caso, y como seguro que ya sabrás, la marca centra la mayoría de sus spots en el concepto de la felicidad.
La marca de electrodomésticos de cocina quiso poner en valor sus productos con esta campaña en la que mostraban la importancia del espacio donde preparamos la comida. A través de una storytelling potente con el que muchísimas personas pueden sentirse identificadas, la empresa consigue emocionar y dar valor a ese espacio de la casa y lo que se hace en él.