En el sector de las finanzas, hablamos de "activos" para referirnos a recursos que están en nuestro poder y que nos generarán beneficios en el futuro. Pero ¿sabías que el inbound marketing cuenta con sus propios activos?
El inbound es una metodología pensada para ir creciendo, construyendo y generando beneficios a largo plazo. Una vez hecho el esfuerzo de arrancar, va creando su propia inercia a través de una serie de activos de inbound marketing que nos facilitan cada vez más el trabajo. ¡Échale un vistazo a este artículo y aprende a hacer que el marketing trabaje a tu favor!
El marketing de contenidos es como el arroz de la paella del inbound marketing: un ingrediente imprescindible.
Por lo general, el primer pilar en que se basa el inbound marketing es una web de marca rica en contenidos y normalmente acompañada de un blog. La idea es atraer tráfico de manera natural a través de las búsquedas de los usuarios en sitios como Google.
Esto significa que SEO e inbound marketing van de la mano. Para conseguir posicionar correctamente en los motores de búsqueda, nos apoyaremos en estas tres técnicas:
Más que buscar los resultados a corto plazo, las estrategias SEO miran a años vista para conseguir posicionar una página web entre los primeros resultados de Google. Una vez que lo hayamos conseguido, tendremos una fuente de visitas constante que no requerirá una inversión adicional por nuestra parte, esto es, un activo de inbound marketing que se rentabiliza solo a lo largo de mucho tiempo.
No solo de contenido escrito vive el marketer. Los formatos audiovisuales son muy atractivos para la audiencia y nos ayudan a seguir ofreciendo valor a los visitantes. En particular, siempre se recomienda contar con estos dos activos:
En ambos casos, estos canales irán acumulando suscriptores y seguidores fieles con el tiempo, lo que hace que sean cada vez más efectivos a la hora de generar acciones y conversiones.
Y por supuesto, hay que tener en cuenta que los diferentes canales de creación de contenido no son independientes, sino que pueden interrelacionarse y potenciarse unos a otros. Por ejemplo, podemos usar los vídeos para ilustrar artículos de nuestro blog, o publicar una entrevista tanto en formato escrito como en podcast.
Ya hemos visto el papel del contenido para atraer tráfico a nuestra página. Pero también podemos usarlo más adelante en el embudo de conversión, para hacer que los visitantes nos dejen sus datos y se conviertan en leads (contactos potencialmente interesados en nuestros productos o servicios, a los que podemos enviar comunicaciones de marketing).
Para ello, la estrategia básica consiste en ofrecer al usuario un contenido de valor a cambio de su email y algunos datos básicos. Este contenido suele ser más detallado y concreto que los artículos estándar del blog, por ejemplo:
A la hora de plantear la estrategia de captación de leads, hay dos elementos a los que tenemos que prestar especial atención: el formulario y el botón de llamada a la acción. Resulta muy útil hacer tests A/B con diferentes variantes para ver cuáles son las que consiguen un mayor ratio de conversión.
Este activo de inbound marketing consiste, literalmente, en una base de datos con la información que tus visitantes han ido dejándote voluntariamente a lo largo del tiempo. En su versión más básica consiste en una lista de correo con los usuarios que han rellenado el formulario de tu landing page, pero con el paso del tiempo se irá enriqueciendo con más información, por ejemplo, las diferentes acciones de los usuarios al recibir tus emails.
Contar con una base de datos supone tener una audiencia que está interesada en tu marca y que ha aceptado voluntariamente recibir información sobre tus productos y novedades. Por tanto, es un recurso valiosisímo para las campañas que vayas lanzando en el futuro. Y lo mejor es que si has configurado correctamente tus landing page y tu email marketing, irá creciendo por sí sola.
Ya sea a través de formularios en tu página web, estrategias de redes sociales u otros, con el inbound marketing irás definiendo poco a poco una serie de canales para que los usuarios lleguen a ti y pasen a formar parte de tu base de datos.
Algunos de estos canales serán más pasivos (por ejemplo, una landing page que va acumulando visitas a través de Google), mientras que otros requieren una actualización más o menos regular (publicaciones en las redes sociales). Pero en cualquier caso, con el paso del tiempo tus canales irán creciendo y serán cada vez más efectivos.
Una vez que un usuario pasa a formar parte de nuestra base de datos, entran en juego las estrategias de lead nurturing. En resumidas cuentas, la idea es irle enviando una serie de comunicaciones automatizadas con el objetivo de que se convierta en cliente y se fidelice a largo plazo.
Para ello, iremos estableciendo una serie de flujos de emails adaptados a las circunstancias del usuario: una serie de emails de bienvenida, una respuesta automática ante los carritos abandonados, una felicitación de cumpleaños personalizada... Con el paso del tiempo, tendremos todo un ecosistema que irá haciendo el trabajo por nosotros y guiando a las personas a través del embudo de conversión.
Normalmente, una estrategia de inbound marketing incluye la implementación y el desarrollo de una serie de canales de marca a través de las redes sociales. El objetivo de estos canales es desarrollar una comunidad en torno a la marca, esto es, ir acumulando seguidores que ven nuestras publicaciones, interactúan con ellas e incluso nos pueden ayudar a difundirlas.
Existen diferentes estrategias para aumentar el número de seguidores en las redes sociales, como los sorteos y promociones o el uso de Facebook Ads. Si las empleamos de manera inteligente, iremos desarrollando un grupo cada vez mayor de usuarios interesados en lo que publicamos. Y al igual que ocurre con otros canales, como el email marketing, contaremos con un activo basado en usuarios potencialmente interesados en nosotros y con buenas posibilidades de convertir en las campañas que vayamos lanzando.
El último activo del inbound marketing es un poco más abstracto, pero también tiene una gran importancia a largo plazo.
Como ya sabes, la metodología inbound marketing se basa en atraer a los usuarios ofreciéndoles algo que valoran. Si los contenidos que has creado realmente encajan con la audiencia, habrás logrado crearles una impresión positiva. A la larga, esto hará que el usuario recuerde la marca y que se cree un vínculo que va más allá de la relación comercial.
A medida que tu posicionamiento de marca vaya mejorando, este activo se traducirá en clientes fidelizados a largo plazo y recomendaciones. Y antes o después, se reflejará también en las ventas.